¿QUÉ ES LA FEDERACIÓN INTERNACIONAL UNA VOCE (FIUV)?
A continuación, ofrecemos a nuestros queridos lectores, una breve historia de la Federación Internacional Una Voce (FIUV), a la que pertenece de pleno derecho la Asociación Una Voce Sevilla desde el año 2007, tras la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI. Asimismo, hemos incluido un interesante video de una conferencia pronunciada por el presidente de la FIUV, donde explica el sentido actual de la Litúrgica tradicional en la Iglesia, y en concreto, de la Misa tradicional o forma extraordinaria del rito romano, y la misión de la FIUV en relación a ésta.
Fundación:
En 1964, la Dra. Borghild Krane, eminente psicóloga en Noruega, hizo un llamado a los católicos preocupados por la liturgia a que se agrupasen en defensa del patrimonio litúrgico de la Iglesia. Como resultado de ese llamado, algunas asociaciones nacionales comenzaron a funcionar entre 1964 y 1965. Delegados de seis asociaciones europeas se reunieron en Roma a principios de 1965 y la Federación Internacional se constituyó formalmente en Zúrich (Suiza) el 8 de enero de 1967, cuando los delegados de 20 asociaciones aprobaron los estatutos preliminares y eligieron al primer Consejo.
Un movimiento laical:
La Federación Internacional Una Voce es un movimiento laical y sus principales objetivos son asegurar que el Misal Romano del Papa Juan XXIII (edición 1962) se mantiene en la Iglesia como una de las formas de celebración litúrgica, además de salvaguardar y promover el uso del latín, el canto gregoriano y la polifonía sagrada.
Una Asamblea General se convoca cada dos años en Roma, donde se llevan a cabo las elecciones para el Consejo y la Presidencia. El actual presidente es el Sr. James Bogle, miembro de Una Voce Australia e The Latin Mass Society de Inglaterra y Gales (Reino Unido).
La Federación es reconocida por la Santa Sede, sus puntos de vista son recibidos con cortesía y respeto por las Congregaciones romanas pertinentes y sus representantes son recibidos de igual manera. A través de los años, la Federación ha realizado intervenciones exitosas con Roma en numerosas ocasiones para salvaguardar la Misa tradicional y las antiguas prácticas litúrgicas.
Su primer Presidente, el Dr. Eric de Saventhem fue instrumental en convencer S.S. el Papa Beato Juan Pablo II en 1986 para convocar una Comisión especial de Cardenales para investigar la situación relativa a la celebración de la Misa Tradicional, comúnmente conocida como Tridentina.

Dr. Eric Vermehren de Saventhem,
el primer presidente de la Federación
Membresía:
La Federación Internacional representa a 41 asociaciones miembro de Alemania, Argentina, Australia, Austria, Bielorrusia, Brasil, Canadá, Colombia, Chile, Costa Rica, Cuba, Escocia, España, Estados Unidos de América, Filipinas, Francia, India, Inglaterra y Gales, Irlanda, Italia, Japón, Malta, México, Noruega, Nueva Zelanda, Países Bajos, Perú, Polonia, Portugal, Puerto Rico, Rusia, Sudáfrica y Ucrania.
Tras la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum en el mes de julio de 2007 por el Papa Benedicto XVI, la Federación Internacional ha hecho notables progresos y 15 nuevas asociaciones han sido admitidas desde entonces. Solicitudes de información y asistencia provenir de Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Honduras, Hungría, India, Indonesia, Kenia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Panamá, Sarawak (Borneo) y Suecia. Es muy sorprendente y significativo que la mayoría de estas solicitudes están viniendo por parte de jóvenes que están descubriendo la belleza y la espiritualidad de la liturgia católica tradicional y desean beneficiarse de ella.
Comentarios por parte de los Cardenales de la Iglesia Católica:
- “La Federación Internacional Una Voce ha jugado un papel importante en el apoyo a la utilización de la edición de 1962 del Misal Romano en obediencia a las directivas de la Santa Sede. Por este servicio valioso expreso mi gratitud a los miembros de la Federación y les imparto mi bendición.” S.E.R. Joseph Cardenal Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, hablando a la Federación Internacional Una Voce, 25 de julio de 1996.
- S.E.R. Jorge Cardenal Medina Estévez, prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y Disciplina de los Sacramentos, considera que el uso del Misal Romano de 1962 debe concederse a todos los que lo soliciten y afirmó que, sobre la base de su investigación personal, el Misal de San Pío V nunca ha sido derogado.
- El 4 de septiembre de 2000, S.E.R. Darío Cardenal Castrillón Hoyos dijo a los representantes de la Federación Internacional Una Voce que consideraba el Misal de San Pío V como un gran tesoro de la Iglesia, y que él no podría ver ninguna razón sobre el por qué nosotros (en referencia a la Santa Sede) no deberíamos conceder el uso de todos los libros litúrgicos vigentes en 1962. Opinó que el motu proprio Ecclesia Dei coloca sobre los Obispos una gran responsabilidad para llevarlo a cabo, y que sólo cuando hay razones serias las peticiones deben ser denegadas.
S.S. el Papa Benedicto XVI:
Para gran alegría de los miembros de la Federación, nuestro Santo Padre el Papa Benedicto XVI promulgó el motu proprio Summorum Pontificum el 7 de julio de 2007, el cual declaró inequívocamente que el Misal del Beato Juan XXIII (1962) nunca ha sido derogado «y se le debe brindar el honor debido por su uso venerable y antiguo».
«Se sabe, en efecto, que la liturgia latina de la Iglesia en sus diversas formas, en cada siglo de la era cristiana, ha sido una lanza para la vida espiritual de muchos santos, ha reforzado a muchos pueblos en la virtud de la religión y fecundado su piedad».[Summorum Pontificum]
Conferencia: «Cambio y rigidez» pronunciada por D. Felipe Alanís, actual presidente de la FIUV, con ocasión del Segundo Congreso Summorum Pontificum en Méjico (2016).
Presidente: Sr. Felipe Alanís Suárez. Correo Electrónico: president@fiuv.org
22-SEPTIEMBRE: LA CATEDRAL DE MÁLAGA ACOGERÁ EL III ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA
En el día en que se cumple el XI Aniversario de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum por S.S. Benedicto XVI, la COMISIÓN MISA TRADICIONAL DE ANDALUCÍA se complace anunciar la celebración del III ENCUENTRO SUMMORUM PONTIFICUM ANDALUCÍA, previsto -D.m.- para el próximo sábado 22 de septiembre en la ciudad de Málaga (España), ejerciendo de anfitriones la Asociación hermana Una Voce Málaga.
El acto culmen del Encuentro será la Santa Misa Tradicional (Misa Gregoriana o Forma Extraordinaria del Rito romano) que se oficiará, en el Altar Mayor de la Santa Iglesia Basílica Catedral de Málaga, con la asistencia del Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Jesús Catalá Ibáñez, Obispo de Málaga, que atiende con ello, de manera generosa, la petición hecha por nuestra Comisión. Ante ello, manifestamos gustosos nuestro más profundo agradecimiento por este gesto paternal y de acogida del Sr.Obispo de Málaga y del Cabildo Catedral para con este grupo de fieles católicos de Andalucía.
Asimismo, con gran alegría, informamos que, para la Conferencia que se organizará previamente y, para la celebración de la Santa Misa anunciada, contaremos con la presencia del Muy Ilustre Monseñor D. Nicola Bux. Teólogo y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Congregación para la Causa de los Santos y la Oficina de las Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, durante el pontificado de Benedicto XVI.
Animamos a todos los fieles y amantes de la liturgia tradicional, especialmente de la región andaluza, a difundir y participar de tan importantes actos.
En próximas publicaciones daremos más detalles sobre todos los actos y la celebración litúrgica de este III Encuentro Summorum Pontificum Andalucía. No obstante, pueden escribirnos a: misatradicionalandalucia@gmail.com y unavocemalaga.uvm@gmail.com
7 de julio de 2018
COMISIÓN MISA TRADICIONAL ANDALUCÍA
XI ANIVERSARIO SUMMORUM PONTIFICUM: «UNA INELUDIBLE RECONCILIACIÓN CON EL PASADO»
En el día de hoy, 7 de julio del año del Señor de 2018, en el que conmemoramos gozosamente el XI Aniversario de la promulgación del motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI. Es por ello, que nos complace publicar unos párrafos de una excelente homilía que pronunció el pasado 28 de abril, en Washington (DC), el arzobispo de Portland, Monseñor Alexander K. Sample, donde presidió una Misa solemne pontifical según el rito romano-tradicional para conmemorar el décimo aniversario del referido motu proprio del Vicario de Cristo. Estos interesantísimos párrafos de la homilía han sido publicados en español por el blog el Búho Escrutador, en un artículo cuyo original pueden leer aquí.
Arzobispo Alexander K. Sample.
SUMMORUM PONTIFICUM, UNA INELUDIBLE RECONCILIACIÓN CON EL PASADO.
«En nombre de los allí presentes y de tantos fieles esparcidos por todo el mundo, el obispo de Portland comenzó por dirigir un emotivo agradecimiento a Benedicto XVI: «También nos juntamos para celebrar el décimo aniversario del gran regalo que nuestro querido Papa emérito Benedicto XVI ha dejado a la Iglesia en su Motu Proprio Summorum Pontificum. Querido Santo Padre, sé que hablo en nombre de todos los aquí reunidos (de aquellos que siguen esta transmisión en directo por EWTN y de muchos otros) cuando digo «gracias» por su sabiduría, previsión y generosidad pastoral, al permitir que el usus antiquior del Rito romano vuelva otra vez a florecer en la Iglesia Universal».
Al constatar, como es habitual en estas celebraciones, la gran presencia de jóvenes en el Santuario Nacional de la Inmaculada Concepción, el arzobispo señaló: «Ustedes son un signo –un gran signo– de aliento y esperanza para la Iglesia lanzada en estos días sobre las turbulentas aguas del secularismo y el relativismo».
Recordó que durante estos años ha escuchado a muchos en la Iglesia (incluidos sacerdotes y obispos) expresar perplejidad y desconcierto por el hecho de que tantos jóvenes se sientan atraídos por esta forma venerable del rito romano. «Si el comentario ha sido dirigido a mí –añadió– a menudo he respondido: ‘Esa es exactamente la pregunta que debería hacerse. ¿Por qué se sienten atraídos por esta liturgia? O incluso más claramente: ¿Qué es lo que les proporciona esta forma del Rito Romano que su personal experiencia de crecimiento en la Forma Ordinaria no les ha proporcionado?»
Excluyendo cualquier tipo de cuestionamiento sobre la bondad del nuevo misal promulgado por el Beato Pablo VI, si bien reconociendo falencias en la implementación real de las directrices del Concilio, el arzobispo continuó: «Muchos jóvenes han descubierto esta forma de la sagrada liturgia como parte de su propia herencia católica. Yo mismo descubrí la Misa latina tradicional como estudiante universitario. Me topé con ella; pero fue para mí como una reliquia histórica, algo que nunca imaginé que llegaría a experimentar realmente. Tal vez la experiencia de estos jóvenes que crecieron con la Forma Ordinaria no ha supuesto un contacto con la belleza, la reverencia, la oración, el sentido del misterio y la trascendencia, o el asombro y la admiración que la Misa tradicional latina les ha brindado. A lo mejor esta es la respuesta a la pregunta planteada anteriormente acerca de por qué tantos jóvenes se sienten atraídos por la Santa Misa celebrada de acuerdo con el Misal de 1962».
Finalmente, Monseñor Sample se refirió a la necesaria reconciliación que la liturgia tradicional está llamada a realizar en el seno de la Iglesia. «Mientras continuamos nuestra celebración del décimo aniversario de Summorum Pontificum, deseo tocar un punto final. Este tiene que ver con la motivación positiva del Papa emérito al emitir el Motu Proprio. Dijo que se trata de llegar a ‘una reconciliación interior en el corazón de la Iglesia’. Durante mi visita ad limina a Roma en el año 2012, y durante nuestro encuentro con el Papa Benedicto XVI, tuve la oportunidad de darle las gracias por el regalo de Summorum Pontificum. Él respondió largamente a mi intervención, comenzando por decir que había promulgado el Motu Proprio para reconciliar a la Iglesia con su pasado. Esta reconciliación de la que habló el Papa emérito implica aprender de la experiencia de la Sagrada Liturgia según el usus antiquior, para enriquecer y dar una mejor forma a nuestra comprensión y celebración del nuevo Rito Romano. Con ambas liturgias floreciendo una al lado de la otra, podría darse un enriquecimiento mutuo de las dos formas del único Rito Romano, lo que podría conducir a un mayor desarrollo y progreso litúrgico».
Una importante lección nos deja el sermón de Monseñor Sample: el motu proprio Summorum Pontificum no ha venido a dividir sino a unir y enriquecer el culto y la liturgia de la Iglesia. Si alguien no lo comprende así, me atrevo a decir que no sabe de lo que está hablando. Sin una previa reconciliación de todos con el pasado milenario de la Iglesia, cualquier reconciliación en el presente no tendrá más consistencia que una pompa de jabón.
Transcripción de la homilía en inglés: www.ccwatershed.org
Video de la misa y audio del sermón: onepeterfive.com
EL DIARIO ABC DE SEVILLA SE HACE ECO DE LA CELEBRACIÓN DE LA «MISA EN LATIN» EN NUESTRA CIUDAD
Con un artículo titulado: «¿Donde se puede escuchar Misa en latín en Sevilla«, escrito por el periodista y redactor don Javier Macías, el periódico más leído en nuestra ciudad, ABC de Sevilla, en su edición digital, hoy se ha hecho eco de la celebración de la Misa tradicional-gregoriana que organiza la Asociación Una Voce Sevilla de forma ininterrumpida cada Domingo y día de precepto desde el año 2007 conforme al motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI, y que sigue experimentando un crecimiento de fieles que asisten con frecuencia a su celebración en el Oratorio Escuela de Cristo, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Son ya numerosas las referencias que la prensa escrita de nuestra ciudad ha realizado en los últimos años de la Misa tradicional en Sevilla y de nuestra Asociación, a las que pueden acceder en el siguiente enlace de nuestra página web: http://www.unavocesevilla.com/prensa/
PARA LEER EL ARTÍCULO PUBLICADO EN ABC DE SEVILLA PINCHAR AQUÍ.
SEVILLA: FOTOS MISA TRADICIONAL Y TEXTOS ACTO CONSAGRACIÓN EN EL MONUMENTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS EN SAN JUAN DE AZNALFARACHE
Como anunciábamos en una anterior entrada, el pasad0 15 de junio, por iniciativa del Grupo Joven Sursum Corda de Una Voce Sevilla, nuestra Asociación y los fieles que quisieron unirse rindieron público homenaje al Corazón divino en el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, que se encuentra en la localidad de San Juan de Aznalfarache (Sevilla).
El homenaje consistió en una Misa según el rito romano-tradicional a la que asistieron medio centenar de personas, principalmente jóvenes, que, por decisión de última hora del sacerdote celebrante, el Rvdo. P. Pablo Díez Herrera, delegado episcopal, se celebró finalmente en la Capilla votiva que se encuentra en el interior del referido Monumento y en la que tantas veces ofició la Santa Misa el Cardenal Segura, gran propagador de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y a su Reinado Social.
Al final de la Misa vetus ordo, y ya en el altar principal que se encuentra a los pies del Monumento, los fieles presentes cantaron en gregoriano las letanías al Sagrado Corazón de Jesús y llevaron a cabo personalmente el Acto de Consagración al Corazón divino de Jesucristo. Pueden descargar, pinchando sobre ellos, los textos utilizados por el citado presbítero y los asistentes a la consagración: LETANIAS AL SAGRADO CORAZON DE JESUS CON-PARTITURA y CONSAGRACIÓN AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
Nuestro agradecimiento a las monjas pertenecientes a las Misioneras Cruzadas de la Iglesia que acogieron con gran generosidad dichos actos de culto, que dirigen la Casa de Ejercicios Betania que se encuentra anexa a la explanada del Monumento.
A continuación, les ofrecemos algunas instantáneas del lo anteriormente narrado.
¿LA MISA A LA QUE ASISTIMOS REGULARMENTE NOS ACERCA VERDADERAMENTE A CRISTO?
A continuación, les ofrecemos un nuevo e interesante artículo del Prof. Peter Kwasniewski, titulado: «Cómo la liturgia puede abrir o cerrar las puertas a Cristo«. El original del artículo fue publicado por la web New Liturgical Movement y traducido al español por la redacción del blog Magnificat Una Voce Chile:
«El Concilio Vaticano II afirmó que la Santa Misa es el centro y raíz de la vida cristiana. Esta expresión, pese a que se repite constantemente, entraña una pregunta que puede resultar incómoda y desconcertante. ¿La Misa a la que asistimos regularmente nos acerca verdaderamente a Cristo? La respuesta parece obvia si se considera que en cada Misa se obra el milagro de la transustanciación y Cristo se hace presente en medio de nosotros. Sin embargo, el punto exige un análisis más profundo, dado que en la Misa no sólo se debe entender lo que está diciendo el sacerdote. La participación activa que deseaba el Concilio exige mucho más, pues requiere un compromiso cabal de la persona y una compenetración en el sentido que tienen el rito dentro de la economía de la salvación. Porque si ser católico es seguir a Jesucristo, la liturgia necesariamente debe ayudar a que ese encuentro sea más fácil de conseguir. Al menos, puesto que de por medio está la libertad humana, ella debería crear un ambiente de recogimiento y apartamiento del mundo que facilite el encuentro personal con Cristo.
En este artículo el Prof. Peter Kwasniewski se hace precisamente esta pregunta y deja la respuesta a una serie de testimonios de personas que han conocido la Misa de siempre. Todos acaban coincidiendo en que la sobriedad que transmite el rito ayuda al recogimiento personal, de manera que buscar a Dios resulta algo casi natural. El artículo fue originalmente publicado La traducción ha sido preparada por la Redacción.
Cómo la liturgia puede abrir o cerrar las puertas a Cristo
Peter Kwasniewski
Cada vez hay más y más información sobre cómo la juventud abandona masivamente el cristianismo, cosa que afecta a todas las denominaciones. Algunos estudios recientes, como el Shell-Jugenstudie, revelan que las iglesias no son lugares donde, por lo general, se reúna la juventud.
¿Cuál es, en rigor, el problema? Como siempre, existen varias teorías, pero me parece que debemos prestar especial atención a lo que dice Dom Karl Wallner, de la Abadía de Heilignkreusz, en su conferencia “La profanación de lo sagrado y la sacralización de lo profano”. He aquí algunos extractos.
La experiencia de lo sagrado es más fundamental que la noción de lo divino. Esto quiere decir que la religiosidad se basa, en primer lugar, en dejarse tocar por algo que existe y que trasciende lo cotidiano, por una cierta pureza y majestad; algo que impone respeto, algo inesperado. Es sólo sobre la base de esta experiencia que el hombre busca en Dios el origen de semejante sentimiento. […] Repitámoslo: la necesidad de ser afectado por aquello que se cree “sagrado”, incluso hasta el punto de que nos erice los cabellos, es fundamental para el hombre, porque el hombre está predestinado a lo sagrado […] Si no cultivamos lo que es sagrado y digno en nuestras iglesias, si nos olvidamos de lo tremendum y de lo fascinosum, se puede esperar que la psicología humana vaya a buscar en otros lugares lo que satisfaga su necesidad de temblar ante lo majestuoso. Si degradamos nuestras ceremonias litúrgicas hasta el nivel de simples ceremonias mundanas, si las banalizamos, no debiera tomarnos por sorpresa el que la gente se vaya a otras partes a satisfacer su deseo innato de lugares, símbolos, textos y personas sagrados que se pueda venerar[1].
Aunque el Pater Wallmer no lo dice, podría perfectamente haber dicho que el movimiento de desacralización en nombre de la modernización es precisamente lo que caracteriza a la liturgia católica reformada, tanto en su concepción como en su ejecución.
Digámoslo del siguiente modo. El Novus Ordo actúa como la niñera de los fieles; las parroquias podrían perfectamente distribuir chupetes y mantas en la puerta. La acción es palabrería “de pared a pared”, desde el “Buenos días. Hoy es el domingo número tal del Tiempo Ordinario. Comenzaremos con el canto ‘Oh, Dios, que horrible es este himno’ y terminaremos con ‘La Misa ha terminado, que tengan un excelente día’”[2]. ¿Es posible imaginarse que haya muchos adultos jóvenes, en este mundo posmoderno, que quieran tener algo que ver con semejante cosa? ¿Habrá alguien que se imagine que va a haber mucha gente deseosa de que se le hable así en el rito inicial, en las tres lecturas, en la homilía, en las normalmente anémicas y sentimentales oraciones de los fieles, la plegaria eucarística, la comunión, y los comentarios finales? ¡Qué mala receta para atraer a con-versos y re-versos! No vamos a lograr que lleguen los indiferentes con una liturgia que dirige sus encantos a bibliotecarios de clase media. Los indiferentes preferirán ayunar en el silencio Zen, o tomar drogas que alteren la conciencia a hartarse con un menú de palabras estilo “todo lo que pueda comer”.
En el capítulo I de mi libro Noble Beauty, Trascendent Holiness [Noble belleza, santidad trascendente], cito varios testimonios de cómo algunos encuentros con la liturgia tradicional fueron dramáticos instantes de descubrimiento, un inesperado “shock de belleza”, una teofanía. Tales testimonios aumentan a medida que año tras año esta parroquia o aquella diócesis empiezan a albergar el antiguo rito romano. Echar una mirada a cinco de esos testimonios (que son nuevos y no incluí en mi libro) nos dará mucho que pensar.
Un laico me envió el siguiente correo electrónico:
Actualmente estamos asistiendo a la Misa tradicional como nuestra Misa habitual. Fue un poco abrumador al comienzo, pero pasados apenas un par de meses, se nos ha hecho más normal. Mi mujer y yo estamos asombrados de que, aunque al comienzo no teníamos idea de qué era lo que tenía lugar, pudimos rezar más durante el primer mes de Misa tradicional que en los 10 años anteriores de diversas liturgias Novus Ordo (al menos, tal fue la sensación).
A lo cual lo único que pude responder fue: “Sé exactamente a lo que se refiere”.
Una mujer me escribió:
Tengo 38 años y toda mi vida la he vivido con la Misa Novus Ordo. Fui siempre muy tibia hasta que, hace unos 4 años, la Virgen me acercó a su Hijo a través del rosario. […] Finalmente fui a la Misa tradicional por primera vez hace un mes, y me impresionó tanto la solemnidad y belleza de la Misa que estallé en lágrimas.
Esta persona es una de las innumerables que han reaccionado de este modo -y, obviamente, no por nostalgia (alguien de 38 años no tiene suficiente edad para ello, a menos que se tome “nostalgia” en el sentido filosóficamente enrarecido que le dan Wojtyla y Ratzinger)-. Como hicieron los Padres del Desierto, debiéramos meditar en el significado de las lágrimas. En los 25 años que llevo dirigiendo música sagrada para el Novus Ordo, en sólo dos oportunidades he visto a alguien irse llorando de Misa debido a la emoción que le ha causado la liturgia. Pero ocurre a menudo que a gente de edad mediana y a ancianos se les llenan de lágrimas los ojos por la “solemnidad y belleza” de la Misa solemne. Esto lo sabemos bien los músicos, debido quizá a que esas personas se nos acercan posteriormente. Esas lágrimas significan que se han conmovido profundamente, a pesar de todo el ruido que hacen los puntos de vista y los prejuicios, y son manifestación de un alivio y descanso interior, de un entrar y un salir de sí mismo, de algo enteramente diferente de una simulación o de una autoimposición de la voluntad “porque es bueno para uno”, como el aceite de bacalao.
Una nueva vida en Cristo, una nueva vida en la Tradición
Mi tercer ejemplo está tomado de un artículo publicado en The Chant Café, en que una escritora describe cómo percibe y experimenta el usus antiquior. Este testimonio es tanto más valioso cuanto que la escritora en cuestión se presentaría a si misma, me parece, como adherente al movimiento “reforma de la reforma”, no obstante lo cual escribe en términos emocionantes sobre lo que es asistir a una Misa tradicional:
Este sabor a cielo, este tiempo fuera del tiempo, fortalecen mi corazón, frente a los rigores del Evangelio, como nunca nada lo ha hecho. La receptividad tiene que ver con cierto silencio y paz. Experimento silencio, silencio interior, incluso cuando hay gran actividad, por ejemplo, en la Misa solemne, con sus movimientos y sonidos que se traslapan, con sus oraciones que se repiten, se susurran, se proclaman. Todo es muy pacífico. Respiro más profundamente. Qué sosiego, qué paz. Este sosiego puede darse en la forma ordinaria, postconciliar, del rito. Puede darse, pero no es lo normal. Lo que es más normal para mí es una experiencia de velocidad y apuro. La atmósfera informal y sin esmero se hace parte de mi propia experiencia de tratar de orar en la Misa. En lugar de una paz compartida, comparto las distracciones del entorno. Me parece que hay aquí una jerarquía que se ha invertido. La Misa dominical debiera ser la experiencia de oración por excelencia, una experiencia que nuestras Misas diarias y nuestra oración privada debieran reflejar, aunque sin nunca alcanzar la misma profundidad. En cambio, encuentro que mis oraciones privadas son más devotas y solemnes que las de la Misa diaria en la forma ordinaria, que es, a su vez, más intensa y menos distractiva que la Misa dominical de dicha forma [3].
Un cuarto ejemplo proviene de un discurso de final de año pronunciado por el estudiante más destacado en la Gregory the Great Academy:
Aunque fue extraño al comienzo, rápidamente me enamoré de la estructura y la poesía de la Misa [tradicional] y, sobre todo, por las tradiciones musicales que unen a Oriente y Occidente en un coro de alabanza divina. Caí de nuevo en la cuenta de algo que había sabido siempre, sin entenderlo: la tradición de mi Fe. Tal como comencé a apreciar las muchas bellezas de la Divina Liturgia, fui atraído a una nueva comprensión del rito romano, viendo en su estructura un propósito común de salvación y de profundidad de las sagradas tradiciones. A través de estas tradiciones y de experimentar la liturgia, fui atraído a una nueva experiencia de mi lugar en la familia divina y de mi patrimonio hereditario espiritual… Me sentí lanzado de cabeza en un nuevo mundo de tremendo significado y misterio.
Un quinto testimonio proviene de una carta escrita a un monje por uno de sus amigos de la época de colegio. Tanto el monje como el amigo me autorizaron para incluirla aquí.
Escribo a mitad de la octava de Pentecostés y he asistido a tres Misas tradicionales esta semana (N ha asistido a dos), y espero ir tanto a la de mañana como a la del domingo de la Santísima Trinidad. Este ha sido un período lleno de gracias en mi vida. Desde hace mucho tiempo no he sentido esta paz y energía para trabajar bien. Probablemente ello se debe a que está por fin terminando la escuela, pero estoy convencido de que también el Espíritu Santo ha estado produciendo esto en mí mediante la Misa tradicional.
Se podría agregar tantos más a estos cinco testimonios. Podríamos resumir todas estas reacciones con las palabras de Dom Alcuin Ried, quien dice del usus antiquior:
Sus exigencias producen en nosotros una respuesta. Encontramos que la sobriedad y belleza del ritual, el silencio en que hallamos espacio para orar internamente, la música que no trata de imitar el mundo o acariciar las emociones sino que nos desafía y nos facilita la adoración de lo sagrado, encontramos, en fin, que la experiencia de lo numinoso y de lo sagrado nos elevan y nos alimentan. Me impresionó tanto la solemnidad y belleza de la Misa que estallé en lágrimas. Este sabor a cielo, este tiempo fuera del tiempo, fortalecen mi corazón, frente a los rigores del Evangelio, como nunca nada lo ha hecho. Un nuevo mundo de tremendo significado y misterio. Desde hace mucho tiempo no he sentido esta paz y energía para trabajar bien. Sus exigencias producen en nosotros una respuesta.
Oh, vosotros que proponéis una Nueva Evangelización (incluido el Obispo Barron); oh, vosotros que montáis los pseudo-Sínodos de la Juventud; oh, vosotros, envejecidos vendedores ambulantes de trastos de antaño, ¿estáis oyendo? ¿Estáis oyendo el sensus fidelium, la vox populi Dei? “Quien tenga oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Ap 2, 17).
[1] Pater Wallner prosigue con una ilustración de los sucedáneos de prácticas religiosas en que la gente trata de encontrar o crear para sí un sentido, tomando contacto con cosas que están “separadas” de lo cotidiano, tales como peregrinajes a la sepultura de personajes famosos, obsesiva dedicación a los deportes, culto de personalidades “estrella”, dramaturgia de películas y de festivales de rock, fervorosa dedicación a movimientos políticos, prácticas supersticiosas. Recomiendo vivamente esta breve conferencia ya que contiene valiosas intuiciones del curso que tomó el último medio siglo y de las perspectivas y peligros del presente. La recomiendo, en particular, a quienes trabajan con los jóvenes: léanla cuidadosamente.
[2] Véase, sobre este tema Noble Beauty, Trascendent Holiness [Noble belleza, santidad trascendente], cap. 10, «The Peace of Low Mass and the Glory of High Mass» [«La paz de la Misa rezada y la gloria de la Misa solemne»].
[3] Esta es una sorprendente confesión que me resulta verosímil: “encuentro que mis oraciones privadas son más devotas y solemnes que las de la Misa diaria en la forma ordinaria, que es, a su vez, más intensa y menos distractiva que la Misa dominical de dicha Forma”. El católico que rece a solas Laudes o Prima en la mañana adquirirá un más poderoso sentido de la devoción y de la solemnidad de una oración sobria y seria que el que encontrará en la Misa Novus Ordo, excepto en casos muy excepcionales. Y lo peor será la Misa dominical, o sea, será lo que está más lejos del espíritu de devoción y de oración.».