CRÓNICA Y FOTOGRAFÍAS V PEREGRINACIÓN SUMMORUM PONTIFICUM A ROMA










Les informamos que el próximo martes día 1º de noviembre, Festividad de Todos los Santos –precepto-, se oficiará –D.m.- Santa Misa según la Forma tradicional del Rito Romana o gregoriana, a las 10:30 horas, en el Oratorio de la Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Se recuerda la obligación que tienen los fieles de participar en el Santo Sacrificio del Altar los días de precepto.
UNA VOCE SEVILLA
Del próximo jueves 27 de octubre al Domingo 30 (solemnidad de Cristo Rey), tendrá lugar, D.m., la V Peregrinación Internacional «Summorum Pontificum« a Roma y Nursia (Italia), en consonancia con el Año Santo de la Misericordia convocado por el Papa Francisco, que tendrá como acto principal de los programados la Santa Misa Pontifical según el Rito Romano tradicional oficiada en la Basílica de San Pedro (altar de la cátedra de Pedro), por S. E. R. Mons. Sample, Arzobispo de Portland, con homilía del Cardenal William Levada, Prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
PROGRAMA
Nota: En letra cursiva, las actividades no oficiales de la peregrinación.
Jueves 27 de octubre de 2016
15:30 – Salida en autobús desde Roma (salida optativa desde el aeropuerto de Fiumicino; para más información, contactar a la agencia Via Sacra).
18:30 – Llegada a Nursia.
19:00 – Palabras de bienvenida del P. Claude Barthe, capellán de la peregrinación y del Rev. P. Cassian, OSB, Rosario meditado con el Rev. P. Cassian.
20:00 – Degustación de la cerveza de los monjes benedictinos.
20:30 – Cena en el restaurante Grotta Azzurra en compañía de Su Excelencia Reverendísima, Mons. Alexander K. Sample, Arzobispo de Portland (reservado a los peregrinos inscritos).
Nos complace informarles que, el próximo Domingo día 25 de septiembre, XIX después de Pentecostés, nuestro capellán oficiará –D.m.- Santa Misa cantada según la Forma tradicional del Rito Romana o gregoriana, a las 10:30 horas, en el Oratorio de la Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Será interpretado en sus melodías gregorianas el propio de la festividad y el ordinario de la Misa de Angelis.
Con el ruego de la asistencia y difusión.
Dicit Dóminus: Ego cógito cogitatiónes pacis, et non afflictiónis
UNA VOCE SEVILLA
Nos complace anunciarles que el lunes 03 de octubre, el diario ABC de Sevilla publicó un artículo de opinión, en la sección dedicada a las cofradías, del conocido periodista y escritor D. Antonio Burgos titulado: «Menos revirás y más vueltas«, en el que -entre otras cosas- pone de manifiesto lo poco que se estudia y usa el latín en ámbitos eclesiásticos, haciendose eco y recomendando la asistencia a la Misa tradicional-gregoriana que promueve la Asociación Una Voce Sevilla cada Domingo y día de precepto, a las 10:30 horas, en el Oratorio de la Escuela de Cristo, sito en el Barrio de Santa Cruz. Celebrada por sacerdotes diocesanos, conforme al Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI y el beneplácito del Sr. Arzobispo de Sevilla.
Nuestro más profundo agradecimiento a D. Antonio Burgos por éste artículo, y por los anteriores que escribió en pos de la «Misa en latín» en Sevilla. Pueden consultar éstos últimos accediendo aquí.
A continuación transcribimos una parte del artículo: «Menos revirás y más vueltas».
«Por Antonio Burgos, 3 de octubre de 2016. Abc Sevilla. Pasión en Sevilla.
Dije el otro día que el nuevo Consejo de Cofradías tiene un portavoz que sabe latín. En sentido estricto. Se llama Juan José Morillas. Es profesor de Latín. Latín por la parte del Senatus de la Centuria Romana, macareno hasta las trancas como es. Ya saben lo que pasa con el latín, lo que se decía en Sevilla de esta lengua más muerta que nunca:
— Ya sólo saben latín los canónigos y los toros de don Eduardo Miura.
Yo creo que ya ni los canónigos: sólo los toros de Zahariche. Que antes de tomar por segunda vez la muleta han aprendido tanto, que te declinan el “rosa,rosae” enterito y saben la conjugación completa del “amo, amas, amare, amavi, amatum”. ¿Usted puede creerse que en el Seminario ya apenas se estudia Latín? Muy poco. Le he preguntado a varios amigos de esa nueva hornada espléndida de sacerdotes jóvenes que tiene el arzobispo Asenjo, como don Isacio Siguero, como mi amigo el párroco de Carrión, don Antonio Romero Padilla, o don Jesús Donaire, párroco de mi feligresía del Corpus Christi, y me lo han corroborado. Así que no sé cómo la Asociación Una Voce encuentra cura para decir misa gregoriana en latín cada domingo, a las 10,30, en la capilla de la Escuela de Cristo, detrás de la iglesia de Santa Cruz, a la que se entra por la barreduela de la calle Ximénez de Enciso. Lo pongo por si quieren saborear el “Introibo ad altarem Dei” y el “Ad Deum qui laetificat juventutem meam”, que nos devuelve a la “juventutem nostram”, de cuando cada mañana oíamos misa en Portaceli. Porque entonces se iba a misa, no esta cursilada eclesial de ahora de “una eucaristía”. Para los puretones, la eucaristía es el Sacramento del Altar que está expuesto en la Farmacia de 24 Horas a lo Divino de San Onofre, donde siempre es Corpus Cristi; eso es la eucaristía para nosotros. Lo otro es la misa.».
Para leer el artículo completo pinche aquí.
UNA VOCE SEVILLA
La web norteamericana New Liturgical Movement ha publicado un interesantísimo video en el que se realiza una recreación histórica de la celebración de una Misa en una iglesia de una parroquia en Suecia, el 04 de octubre de 145o -el XVIII Domingo después de la festividad de la Trinidad-, según el sistema del año litúrgico utilizado en el norte de Europa en la alta edad media.
Algunas de las diferencias que aparecen en relación a la celebración de la Misa tradicional en el de hoy -que no son trascendentes-, pueden atribuirse a las muchas variantes y caprichos de la costumbre litúrgica medieval. La más obvia es el uso de una vestimenta roja en vez de verde en dicho tiempo litúrgico.
A continuación, traducimos al español un extracto de la introducción al video que a su vez ha sido traducida del sueco y publicada por dicha web norteamericana:
» Quinientos años atrás, el universo parecía mucho más comprensible que hoy por nosotros. Toda la existencia fue enmarcada por una serie de ceremonias y patrones de comportamiento que eran evidente para las personas de la época. Y el más importante de ellos fue la Santa Misa – conjunto de palabras y acciones que rodean el misterio central de la fe cristiana: que Jesús se hace hombre nuevo en las criaturas del pan y el vino.
Hemos reconstruido una misa desde hace 500 años en una iglesia parroquial sueca, es decir, en la iglesia de Endre, una milla al este de Visby en Gotland. Nos imaginamos a nosotros mismos para participar en esta gran misa en un otoño el domingo a mediados del siglo XV. Son personas locales que participan en ropa típica por el tiempo, y hemos tratado lo más posible reconstruir en la diócesis de Linköping en aquel momento – puesto que Gotland perteneció a ése Diócesis-«.
Para consultar el artículo original y sus comentarios pinche aquí.
Les informamos que, el próximo Domingo día 25 de septiembre, XIX después de Pentecostés, nuestro capellán oficiará –D.m.- Santa Misa cantada según la Forma tradicional del Rito Romana o gregoriana, a las 10:30 horas, en el Oratorio de la Escuela de Cristo de Sevilla, sito en el Barrio de Santa Cruz.
Será interpretado en sus melodías gregorianas el propio de la festividad y el ordinario de la Misa de Angelis.
Con el ruego de la asistencia y difusión.
Salus pópuli ego sum, dicit Dóminus
UNA VOCE SEVILLA
UNA VOCE SEVILLA
Con gran alegría, nos hacemos eco de la noticia publicada en la web de la Diócesis de Cória-Cáceres, pues, a partir del próximo Domingo 25 de septiembre, la Santa Misa tradicional dejará de celebrarse con una frecuencia mensual, oficiándose todos los domingos a las 11 horas. Su nuevo emplazamiento será nada menos que la Concatedral de Santa María. Todo un ejemplo a seguir para el resto de diócesis de España.
Nuestras más sinceras felicitaciones a los fieles de la Misa tradicional en Cáceres y agradecimiento al Pastor de la Diócesis, don Francisco Cerro, por implementar en ella con generosidad el motu proprio Summorum Pontificum del Santo Padre Benedicto XVI.
UNA VOCE SEVILLA
A continuación, gracias al mapa de google creado por la web Projet SP5-Usus Antiquor, les ofrecemos la posibilidad de conocer con detalle todos los lugares de Europa donde se celebra la Misa según la forma del Rito Romano tradicional o vulgarmente conocida como Misa en Latín. Asimismo, encontrarán datos más específicos sobre dicha celebración como su frecuencia, horario, sacerdote celebrante…etc.
Con ello, podremos comprobar el avance espectacular que está teniendo esta realidad eclesial en paises europeos como Francia, Alemania, Italia y Reino Unido, entre otros, desde la entrada en vigor -hace nueve años- del Motu Proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI.
Para consultar el mapa de la Misa tradicional en Europa pinche aquí.
A continuación, les ofrecemos la traducción realizada por la redacción de la hermana web chilena Asociación Litúrgica Magnificat de un artículo de Peter Kwasniewski aparecido en New Liturgical Movement sobre la gran ayuda espiritual que presta la Misa de siempre en la formación religiosa de los niños.
Ex ore infantium: los niños y la Misa tradicional
Peter Kwasniewski
«Nuestra hija es en parte responsable de que asistamos ahora a una parroquia de la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro. Ella se involucró en un programa para niñas en la Fraternidad y asistía a Misa todos los sábados. Comenzó a usar velo. A continuación me comentó cuánto la impresionaba la forma extraordinaria, y su incomodidad con el Novus Ordo (hacia aquel entonces, no había comentado con mis hijos sobre mi estudio del N.O. Nuestras conversaciones se referían solamente a los abusos litúrgicos). Luego, desarrolló su devoción por la Florecilla, y se volvió mucho más piadosa. Fue impresionante (es una niña normal: compite en Irish Step y tiene lecciones de equitación, y practica saltos con sus demás hermanos). Y así, fue en parte la sabiduría de una niña lo que nos trajo hacia la forma extraordinaria.
Nota de la Redacción: todas las fotografías están tomadas del artículo original.
En 1996, cuando la conferencia episcopal argentina decidió aplicar el indulto que autoriza la comunión en la mano, Mons. Juan Rodolfo Laise, obispo de San Luis (Aregentina), obtuvo de Roma la confirmación de que seguir distribuyendo en su diócesis la comunión en la boca no rompía la comunión episcopal. Veinte años más tarde, sus dos sucesores han mantenido esta santa práctica y el obispo de Oruro, Bolivia, Mons. Bialasik, de la Sociedad del Verbo Divino, acaba de aplicar un decreto similar en su diócesis.
Capuchino y devoto del Padre Pío, Mons. Laise, que acaba de cumplir 90 años, está hoy retirado en San Giovanni Rotondo, donde se desempeña como confesor del santuario. La web Paix Liturgique ha tenido la oportunidad de entrevistarlo en Roma, en la presentación del libro de don Nicola Bux sobre los sacramentos, publicado por ediciones Cantagalli, editores también del libro de Mons. Laise, «Comunión en la mano, documentos e historia», cuya edición italiana acaba de salir.
A continuación la entrevista de Paix Liturgique con Mons. Laise:
«1) Excelencia, ¿qué misa celebra todos los días?
Mons. Laise: ¿Actualmente? La misa de san Pío V. Todos los días a las 6 de la mañana cuando estoy en San Giovanni Rotondo. Es mi misa privada.
2) ¿Los fieles pueden asistir?
Mons. Laise: Desgraciadamente, entre los capuchinos de la comunidad que, en general, ya tienen cierta edad, no hay apertura hacia la liturgia tradicional. En cambio, entre los sacerdotes jóvenes que están de paso, hay algunos favorables. Sería bueno que hubiera una celebración pública para los peregrinos del santuario y estoy seguro de que los fieles responderían favorablemente, pero los tiempos no están todavía maduros desde el punto de vista de las autoridades. Por mi parte, pro bono pacis, celebro teniendo cuidado de evitar cualquier tensión.
3) ¿Cómo ha vivido la proclamación del motu proprio Summorum Pontificum de Benedicto XVI?
Mons. Laise: Por cierto, he sido muy sensible a Summorum Pontificum que ha restaurado y estimulado la celebración de la liturgia tradicional. La misa tiene siglos de historia. Cuando celebro en la forma ordinaria, retomo las oraciones de la forma extraordinaria, sobre todo en el ofertorio. Y el canon romano, por supuesto. Creo que este es el sentido en que el papa Benedicto XVI encaraba las dos formas de un mismo rito…
4) ¿Nota una evolución de la mens liturgica de los sacerdotes?
Mons. Laise: Es necesario hacer una distinción según las generaciones. Hay una actitud positiva en los sacerdotes jóvenes, actitud que suele surgir cuando han tenido contacto con un sacerdote gracias al cual han podido descubrir el misal tradicional. Así tienen acceso a todo un contenido espiritual y teológico que ignoraban y que sólo pide ser explorado y compartido. El contenido de la misa tradicional es más rico, más preciso que el de la misa moderna. La Santísima Virgen, san Miguel Arcángel y los santos apóstoles Pedro y Pablo están en todas las oraciones de la forma extraordinaria mientras que han desaparecido totalmente, o casi, de la forma ordinaria. Cuando yo celebraba con el misal nuevo, optaba siempre por la primera oración eucarística, el Canon romano.
5) ¿Qué recuerdo conserva de la misa que celebró en la basílica de San Pedro para la peregrinación del pueblo Summorum Pontificum?
Mons. Laise: Usted sabe, cuando uno celebra, y es una de las gracias de la forma extraordinaria, uno está totalmente absorbido por el misterio. Entonces, los recuerdos que tengo son los que me transmiten las personas que estaban presentes y que me agradecen porque estaban muy contentas con tan bella ceremonia.
6) ¿Usted ha sido ordenado sacerdote con la forma extraordinaria y para ella?
Mons. Laise: ¡Desde luego, en 1949! He celebrado durante 20 años, incluso en Roma, donde estudié en la Gregoriana. La he celebrado hasta la reforma de Bugnini, quien ha traicionado el pensamiento de los padres conciliares. Y quizá el de Pablo VI. En todo caso, es lo que me deja pensar el ejemplo de la comunión en la mano, que Pablo VI no quería, como lo ha manifestado en la instrucción Memoriale Domini, pero que los obispos alemanes y franceses han impuesto.
7) ¿Y su ordenación episcopal?
Mons. Laise: En 1971, por lo tanto con el nuevo rito. Cuando me convertí en obispo de San Luis, la reforma ya había sido aplicada. Y debo decir que no había problemas, porque, en esa época, en Argentina, respetábamos las rúbricas y celebrábamos con el espíritu de la liturgia anterior. No fue sino poco a poco como la situación se fue degradando. Por eso la comunión en la mano llegó tardíamente al país, en 1996.
8) ¿Cómo ve la situación actual?
Mons. Laise: Veo una dificultad que es la pérdida del latín. El latín ya no se enseña en las escuelas y aún menos en los seminarios, por lo cual incluso sacerdotes bien intencionados y dispuestos no llegan a hacer propia la forma extraordinaria.
9) ¿Ve algún signo positivo, a pesar de todo?
Mons. Laise: Los jóvenes. Tienen respeto por la liturgia, la aprecian y muchos se sienten atraídos por la forma extraordinaria, pero necesitan formarse. La misa de san Pío V es un todo: litúrgico, espiritual, teológico y moral. Hay que redescubrir cada uno de estos aspectos. Uno se da claramente cuenta de ello con el tema de la comunión: santo Tomás de Aquino enseña que Cristo está presente en la más mínima parte de la hostia consagrada, de allí el respeto debido al cuerpo de Cristo real y substancialmente presente en las sagradas especies, que condiciona la actitud de oración y adoración de los fieles. De modo que la comunión en la mano es inimaginable en la forma extraordinaria. Cuando se acepta una verdad, cuando se cree en ella, se vive en función de esta convicción, hay una coherencia entre la vida que llevamos y nuestra fe: no se puede vivir en contradicción con una fe auténtica, se hace todo lo posible para conformarse a ella. La misa tradicional es ejemplar en este sentido, por el rigor de su contenido teológico y espiritual, para redescubrir esta coherencia de vida que tanto necesitamos. Es la columna vertebral de la liturgia como el Catecismo de la Iglesia Católica es el resumen de nuestra Fe.
10) Los partidarios de la reforma litúrgica la han justificado, en parte, debido a los abusos que existían antes del concilio en la celebración de la liturgia tridentina; ¿usted observó estos abusos durante sus primeros años de sacerdocio?
Mons. Laise: ¡Sí, claro! Pero respondía más a abusos singulares y personales que a abusos generalizados. Me acuerdo que, muy joven, yo debía leer los avisos parroquiales mientras que el sacerdote decía las oraciones al pie del altar. Eso me chocaba. La misa requiere una gran concentración en las cosas de Dios, en el misterio de la Cruz, la Pasión y la Resurrección de Nuestro Señor. El celebrante debe evitar las ocasiones de distracción para él y para los fieles.
11) Mientras, por primera vez, una traducción italiana de su libro ha sido publicada en marzo, un obispo de Bolivia acaba de firmar un decreto para promover la comunión en la boca en su diócesis de Oruro: ¿qué opina Ud. de esta decisión?
Mons. Laise: ¡Ojalá que todos los obispos que se dan cuenta de la importancia de la comunión en la boca como reverencia que merece el Santísimo tuvieran la misma actitud que tuvo el obispo de Oruro! Ésta es la única forma de manifestar sinceramente con la palabra y con los hechos la fe en la presencia eucarística del Señor. Lamentamos que no se haga en la Iglesia hoy como lo ha manifestado el mismo Pablo VI en la Memoriale Domini, que la comunión debería ser siempre recibida en la boca. Así el obispo de Oruro confirma las palabras del Papa Pablo VI y me alegra.».
Mons. Laise oficia Misa tradicional en el altar de la Cátedra de la Basílica de San Pedro durante la peregrinación anual Summorum Pontificum (Oct.15)
LAS REFLEXIONES DE PAIX LITURGIQUE
1°/ «No se puede vivir en contradicción con una fe auténtica, se hace todo lo posible para conformarse a ella. La misa tradicional es ejemplar en este sentido, por el rigor de su contenido teológico y espiritual, para redescubrir esta coherencia de vida que tanto necesitamos». Aquí se encuentra expresado el adagio lex orandi, lex credendi, aplicado por Mons. Laise a la obligación moral de vivir litúrgicamente en conformidad con la fe teologal.
2°/ Mons. Juan Rodolfo Laise es muy conocido por su lucha contra la comunión en la mano, por los daños que causa en la fe de los fieles. En 1996, de acuerdo con Roma, mantuvo la comunión en la boca en su diócesis de San Luis, no temiendo distinguirse así de la conferencia episcopal. Más tarde, publicó un libro sobre el abuso de poder que representa la generalización de la comunión en la mano por las conferencias episcopales, sin tener en cuenta la consulta a los obispos del mundo entero realizada a fines de1968. Dicho libro, publicado en español, inglés, polaco y francés, acaba de ser editado en italiano, enriquecido con un prefacio de Mons. Schneider y algunas reflexiones de Mons. Laise sobre la comunión espiritual.
3°/ Mons. Laise no teme presentarse como un partidario de la «reforma de la reforma», en el verdadero sentido del término. Es decir, hoy en día, celebra ordinariamente la misa tradicional, pero cuando celebra la misa nueva, la enriquece, eligiendo decir el canon romano como oración eucarística y agregando oraciones propias de la liturgia tradicional, en particular, las del ofertorio. Es sabido que el cardenal Sarah, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, y el cardenal Burke, se han mostrado favorables a una autorización oficial para agregar en la forma ordinaria las oraciones de la confesión (llamadas oraciones al pie del altar) y las oraciones del ofertorio. Sin esperar tal autorización, muchos sacerdotes y algunos obispos ya practican, motu proprio podríamos decir, esta rectificación del rito nuevo.
4°/ Conocedor de la realidad, Mons. Laise ve, sin embargo, una gran dificultad para la extensión de la forma extraordinaria: la falta de conocimiento del latín, lo que motiva que algunos sacerdotes bien intencionados no logren asimilar la forma extraordinaria. Lo hemos afirmado varias veces: el obstáculo es real, pero no infranqueable. El carácter obligatorio del estudio del latín, que debería ser algo evidente en todas las casas de formación de la Iglesia «latina», figura en el canon 249 del Código de Derecho Canónico, que pide que los seminaristas «sepan bien la lengua latina». Los redactores de la instrucción Universæ Ecclesiæ –instrucción sobre la aplicación de Summorum Pontificum– eran conscientes de ello, como lo prueba el artículo 21 que trata sobre la forma extraordinaria en los seminarios: «Se exhorta a los Ordinarios a que ofrezcan al clero la posibilidad de adquirir una preparación adecuada para las celebraciones en la forma extraordinaria. Esto vale también para los seminarios, donde se deberá proveer a que los futuros sacerdotes tengan una formación conveniente en el estudio del latín y, según las exigencias pastorales, ofrecer la oportunidad de aprender la forma extraordinaria del rito.»
Fuente: Paix Liturgique (Correo 69)
Les informamos que las Misas a celebrar –D.m.- según el Rito Romano tradicional en Sevilla durante el mes de AGOSTO en el Oratorio de la Escuela de Cristo, a las 10:30 horas, serán:
Por tanto, se suspende la Misa tradicional en Sevilla correspondiente a los Domingos 7 y 14 de agosto.
No obstante, si lo desea, puede asistir a Misa tradicional dichos Domingos en Cádiz, Oratorio de San Felipe Neri, una de la tarde. Asimismo, se celebrarán, en Málaga, Parroquia de los mártires Ciriaco y Paula, 19:00 horas y en Córdoba, Convento de Santa Ana, 12:30 horas, ambas el Domingo 7 de agosto.
UNA VOCE SEVILLA
Como continuación a nuestra última entrada sobre las recientes palabras del Cardenal Robert Sarah, Prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en las cuales ha realizado un llamamiento a sacerdotes y obispos para recuperar la orientación ad orientem o coram Deo en la celebración de la Santa Misa, transcribimos a continuación un mensaje del citado cardenal al congreso litúrgico Sacra Liturgia Conference (EE.UU), de 2015. En este mensaje, publicado en italiano por L’Osservatore Romano y traducido al español por la recomendada web de la asociación litúrgica chilena, Magnificat, el Cardenal Sarah ya propuso por entonces lo que ahora ha sido motivo de controversia: «es plenamente conforme con la constitución conciliar -Sacrosantum Concilium- y, además, oportuno, que durante el rito penitencial, el canto del Gloria, las oraciones y la plegaria eucarística todos, sacerdote y fieles, se vuelvan juntos hacia el Oriente, para expresar su voluntad de participar de la obra de culto y redentora llevada a cabo por Cristo. Este modo de proceder podría oportunamente ser introducido en las catedrales, donde la vida litúrgica debe ser ejemplar«.
Para una mayor comprensión de esta propuesta del Prefecto para el Culto Divino y Disciplina de los Sacrmentos, es interesante analizarla en el contexto en que es citado el párrafo anteriormente transcrito, pues lo que el Cardenal Sarah intenta con ello es volver al verdadero espíritu de la Constitución sobre liturgia del Concilio Vaticano II, Sacrosantum Concilium, partiendo del significado de su concepto clave, la participatio actuosa de los fieles, y del sentido teológico de la liturgia como obra de Cristo.
A continuación el mensaje íntegro del Cardenal Sarah:
«Silenciosa acción del corazón
Para leer y aplicar la constitución del Vaticano II sobre la Liturgia
Cardenal Robert Sarah
¿Se leerá después de cincuenta años después de su promulgación por el Papa Pablo VI la constitución del concilio Vaticano II sobre la sagrada liturgia? La Sacrosantum concilium no es en realidad un simple catálogo de “recetas” de reforma, sino una verdadera y propia Magna charta de toda acción litúrgica. El Concilio Ecuménico nos da en ella una lección magistral sobre el método. En efecto, lejos de contentarse con una aproximación disciplinaria y exterior a la liturgia, el concilio quiere hacernos ver lo que está en su esencia. La práctica de la Iglesia proviene siempre de aquello que ella recibe y contempla en la revelación. La pastoral no se puede desconectar de la doctrina. En la Iglesia “lo que proviene de la acción está ordenado a la contemplación” (cfr. N.° 2). La constitución conciliar nos invita a redescubrir el origen trinitario de la acción litúrgica. En efecto, el concilio establece una continuidad entre la misión de Cristo Redentor y la misión litúrgica de la Iglesia. “Como Cristo fue enviado del Padre, del mismo modo envió Él a los apóstoles”, de modo tal que “mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gravita toda la vida litúrgica”, se realice “la obra de salvación”. (N.° 6) Actualizar la Liturgia no es otra cosa que actualizar la obra de Cristo. La liturgia es en su esencia actio Christi: “la obra de la redención humana y la perfecta glorificación de Dios” (N.° 5). Es Él el gran sacerdote, el verdadero sujeto, el verdadero actor de la Liturgia (cfr. N.° 7). Si este principio vital no encuentra acogida en la Fe, se corre el riesgo de hacer de la Liturgia una obra humana, una celebración que la comunidad hace de sí misma.
Por el contrario, la obra propia de la Iglesia consiste en entrar en la acción de Cristo, en hacerse parte en aquella acción respecto de la cual Él ha recibido la misión del Padre. En razón de ello “nos fue dada la plenitud del culto divino”, pues “su humanidad, en la unidad de la persona del Verbo, fue instrumento de nuestra salvación”(N.° 5). La Iglesia, cuerpo de Cristo, debe convertirse a su vez en instrumento de las manos del Verbo. Éste es el significado último del concepto clave de la Constitución conciliar: la participatio actuosa. Dicha participación consiste para la Iglesia en convertirse en instrumento de Cristo-sacerdote, para participar de su misión trinitaria. La Iglesia participa activamente en la obra litúrgica de Cristo en la medida en que es instrumento. En este sentido, hablar de “comunidad celebrante” no carece de ambigüedad y su uso requiere de verdadera cautela (cfr. Instrucción Redemptoris sacramentum, N.° 42). La participatio actuosa no debería ser comprendida nunca como la necesidad de hacer algo. En este punto la enseñanza del Concilio ha sido deformada con frecuencia. Se trata, por el contrario, de permitir que Cristo nos tome y nos haga partícipes de su sacrificio. La participatiolitúrgica debe en razón de ello ser entendida como una gracia de Cristo, quien“asocia siempre consigo a la Iglesia” (Sacrosantum concilium, N.° 7). Es Él quien debe tener la iniciativa y la primacía. La Iglesia invoca “como su Señor y por medio de Él rinde culto al Padre eterno”(N.° 7). El sacerdote debe por tanto convertirse en este instrumento que deja traslucir a Cristo. Como ha recordado recientemente nuestro Papa Francisco, el celebrante no es el presentador de un espectáculo, no debe buscar la simpatía de la asamblea poniéndose frente a ella como su interlocutor principal. Entrar en el espíritu del Concilio significa por el contrario cancelarse a sí mismo, renunciar a ser el punto focal. De modo contrario a lo que se ha sostenido a veces, es plenamente conforme con la constitución conciliar y, además, oportuno, que durante el rito penitencial, el canto del Gloria, las oraciones y la plegaria eucarística todos, sacerdote y fieles, se vuelvan juntos hacia el Oriente, para expresar su voluntad de participar de la obra de culto y redentora llevada a cabo por Cristo. Este modo de proceder podría oportunamente ser introducido en las catedrales, donde la vida litúrgica debe ser ejemplar (cfr. N.° 41).
Bien entendido, hay algunas partes de la Misa en las cuales el sacerdote, actuando in persona Christi Capitis, entra en diálogo nupcial con la asamblea. Mas este “cara a cara” no tiene otro fin más que conducir a un tête-à-tête con Dios, que por medio de la gracia del Espíritu Santo, se convertirá en un diálogo de corazón a corazón. El concilio propone así otros medios para favorecer la participación: “las aclamaciones de los fieles, las respuestas, el canto de los salmos, las antífonas, los cantos, además de las acciones, los gestos y la actitud corporales” (N.° 30). Una lectura demasiado apresurada y, sobre todo, demasiado humana, ha conducido a concluir que era necesario hacer que los fieles estuvieran constantemente ocupados. La mentalidad occidental contemporánea, modelada por la técnica y fascinada por los medios de comunicación, ha querido hacer de la Liturgia una obra de pedagogía eficaz y rentable. En este espíritu, se ha buscado hacer que las celebraciones sean algo distendido. Los actores litúrgicos, animados por motivaciones pastorales, intentan en ocasiones hacer una obra didáctica introduciendo en las celebraciones elementos profanos y propios del espectáculo. ¿No florecen acaso testimonios, puestas en escena y aplausos? Se cree así favorecer la participación de los fieles cuando de hecho se reduce la Liturgia a un juego humano. “Es cierto que el silencio no es una virtud, ni el ruido un pecado”, dice Thomas Merton, “pero el tumulto, la confusión y el ruido constantes de la sociedad moderna o en ciertas liturgias eucarísticas africanas son expresión de la atmósfera de sus pecados más graves, de su impiedad, de su desesperación. Un mundo de propaganda, de argumentaciones infinitas, de invectivas, de críticas, o simplemente de cháchara, es un mundo en que la vida no vale la pena de ser vivida. La Misa se convierte en un alboroto confuso; las oraciones en un ruido exterior o interior” (Thomas Merton, Le signe de Jonas, Ed. Albin Michel, París, 1955, p. 322).
Se corre el riesgo real de no dejar ningún lugar a Dios en las nuestras celebraciones. Incurrimos en la tentación de los hebreos en el desierto. Ellos intentaron crearse un culto a su medida y a su altura, y no olvidemos que acabaron postrados frente al ídolo del becerro de oro.
Es momento de escuchar al Concilio. La Liturgia es “principalmente culto de la majestad divina” (N.° 33) Tiene valor pedagógico en la medida en que esté completamente ordenado a la glorificación de Dios y al culto divino. La Liturgia nos pone realmente en la presencia de la trascendencia divina. Participación verdadera significa renovar en nosotros aquel “estupor” que San Juan Pablo II tenía en gran consideración (cfr. Ecclesia de Eucharistia, N.° 6). Este estupor sacro, este temor dichoso, requiere de nuestro silencio frente a la majestad divina. Se olvida a menudo que el silencio sacro es uno de los medios indicados por el Concilio para favorecer la participación. Si la Liturgia es obra de Cristo, ¿es necesario que el celebrante introduzca agregados propios? Se debe recordar que, cuando el Misal autoriza una intervención, ésta no debe tornarse en un discurso profano y humano, un comentario más o menos sutil sobre la actualidad, o un saludo mundano a las personas presentes, sino una sutil invitación a entrar en el Misterio (cfr. Instrucción General del Misal Romano, N.° 50). En cuanto a la homilía, ella misma es un acto litúrgico, que tiene sus propias reglas. La participatio actuosa en la obra de Cristo presupone que se abandone el mundo profano para entrar en la “acción sagrada por excelencia” (Sacrosantum concilium, N.° 7). De hecho, “nosotros pretendemos, con una cierta arrogancia, permanecer en lo humano para entrar en lo divino” (Robert Sarah, Dieu ou rien, p. 178). En este sentido, es deplorable que el sagrario en nuestras iglesias no sea un lugar estrictamente reservado al culto divino, que se entre en él con vestiduras profanas, que el espacio sagrado no sea claramente delimitado por la arquitectura. Como enseña el Concilio, Cristo está presente en su Palabra cuando ésta es proclamada, por lo que es igualmente dañino que los lectores no tengan una vestimenta apropiada que muestre que no pronuncian palabras humanas, sino una Palabra divina.
La Liturgia es una realidad fundamentalmente mística y contemplativa, y consiguientemente está fuera del alcance de nuestra acción humana; también la participatio es una gracia de Dios. Por lo tanto, presupone de nuestra parte nuestra apertura al misterio celebrado. De este modo, la Constitución dispone la comprensión plena de los ritos (cfr. N.° 34) y, al mismo tiempo, prescribe “que los fieles sepan recitar y cantar juntos, también en latín, las partes del ordinario de la Misa que les corresponde” (N.° 54). En efecto, la comprensión de los ritos no es obra de la razón humana entregada a sí misma, la cual, para ello, tendría que comprenderlo todo, entenderlo todo, dominarlo todo. La comprensión de los ritos sacros es aquella del sensus fidei, que ejercita la Fe viviente a través del símbolo y que conoce por sintonía más que por concepto. Esta comprensión presupone que nos acerquemos al Misterio con humildad. ¿Existirá el coraje de seguir al Concilio hasta este punto? Una lectura similar, iluminada por la Fe, es sin embargo fundamental para la Evangelización. En efecto, “a aquellos que están fuera, ella [la Liturgia] les muestra la Iglesia, como estandarte alzado frente a las naciones, bajo el cual los hijos de Dios que estén dispersos puedan congregarse”(N.° 2). La Liturgia debe dejar de ser un lugar de desobediencia a las prescripciones de la Iglesia. Más específicamente, no puede ser un lugar de laceraciones infligidas por unos cristianos a otros. Las lecturas dialécticas de la Sacrosantum concilium, las hermenéuticas de la ruptura en un sentido u otro, no son el fruto de un espíritu de Fe. El Concilio no ha querido romper con las formas litúrgicas heredadas de la Tradición, sino que, por el contrario, ha querido profundizarlas. La Constitución establece que “las nuevas formas se desarrollen, por decirlo así, orgánicamente a partir de aquellas ya existentes” (N.° 23). En tal sentido, es necesario que cuantos celebran según el Usus antiquiorlo hagan sin espíritu de oposición, sino en el espíritu de la Sacrosantum concilium. Del mismo modo, sería errado considerar la Forma Extraordinaria del Rito Romano como derivada de una teología diversa que no sea aquella de la Liturgia reformada. Sería también deseable que se insertase como apéndice de una próxima edición del Misal el rito penitencial y el ofertorio del Usus antiquior, a fin de subrayar que las dos formas se iluminan mutuamente, en continuidad y sin oposición.
Si vivimos en este espíritu, la Liturgia dejará de ser el lugar de las rivalidades y de la crítica, para hacernos participar finalmente de un modo activo de aquella Liturgia “que se celebra en la ciudad santa de Jerusalén, hacia la cual nos dirigimos como peregrinos, donde Cristo está sentado […] como ministro del santuario” (N.° 8).
Fuente: Magnificat
Misa ad orientem celebrada por el Papa Francisco en la Capilla Sixtina del Vaticano
En esta ocasión, nos hacemos eco del interesante artículo sobre la Misa tradicional publicado el pasado 16 de mayo en el blog del diario EL PAÍS. Su autor, Rubén Amón, desde una «perspectiva agnostica» y cultural, nos narra su grata experiencia al asistir a una Misa «en latín» celebrada en Salzburgo (Austria).
A continuación, transcribimos el texto de dicho artículo:
Por: Rubén Amón
«Ayer me despertaron las campanas de la iglesia de San Sebastián en Salzburgo. Tanto tiempo sonaron y lo hicieron con tanta intensidad que atribuí al fenómeno el valor de una convocatoria. Me citaban las campanas. Me emplazaban a las misa de 9,30.
Conozco bien el templo de la Linzergasse porque su claustro aloja un cementerio de personajes ilustres. Ninguno tan enigmático como Paracelso. Ninguno tan sepultado de flores como Leopold Mozart, el padre del mesías. O como su otra hija, Nannerl.
Y no me gustan los cementerios. Ni me inspiran confianza las personas que encuentran en ellos sosiego y paz espiritual. «La pace dei sepolcri», objeta Posa a Felipe II cuando trata de recriminarle al rey las campañas militares contra los flamencos.
No me gustan los cementerios, pero tengo cariño al de San Sebastián. Una rosa siempre fresca, siempre viva, custodia la lápida de Paracelso. Como si el propio sabio suizo se las hubiera arreglado para recrear su leyenda de taumaturgo. Fue proscrito como un brujo y un curandero. Lo fue hasta que la propia Iglesia rectificó su diagnóstico. Igual que hizo la ciencia.
La Universidad de Salzburgo lo canonizó como a un clarividente y un pionero, aunque los honores no han alcanzado a atribuirle la transmutación del plomo en oro. Más difícil es convertir las cenizas en una rosa. Y la rosa de Paracelso -de la que hizo un cuento Borges- custodia su tumba como si la reanimara desde el más allá con el rocío.
Repicando y en misa estaba un servidor ayer. Porque acudí a la liturgia de las 9,30, no por razones de fe ni de costumbre, ni siquiera para implorar la curación de unos males en la garganta, sino porque el rito prometía un acontecimiento cultural.
Y lo fue. No ya por la instrucción musical de los salzburgueses. Por la cualificación del organista. Por la sensibilidad del coro aficionado. O por la voz de heldentenor que trasladaba el pater en el mascarón de proa del púlpito, sino por tratarse de un rito en latín, oficiado de espaldas a los feligreses, concebido según los criterios preconciliares.
La liturgia sugestiona el orden espiritual. La lengua muerta adquiere el impulso de la resurrección. Y deja en ridículo las razones prácticas que se han valorado en España para suprimir el latín y el griego de los planes educativos. No discuto la utilidad del chino. Lamento sólo que se pervierta el patrimonio cultural.
Y es una lástima que se haya degradado la resonancia metafísica del latín y que se haya profanado la liturgia con las contingencias parroquianas o parroquiales. Tanto se ha «acercado» la celebración, tanto se ha alejado el misterio. Se ha despojado a la misa de su proyección trascendental, de su esencia mistérica, no digamos ya cuando el patrimonio musical eclesiástico degenera en el estribillo del Señor, la barca, la orilla, Tú nombre y la búsqueda de otro mar, corrompiendo hasta la fe de los corazones más dispuestos.
Habla uno desde la perspectiva del agnóstico. Y de quien, no creyendo por hondas convicciones, acepta el placebo de la fe por el camino de la estética. Lo tiene escrito Thomas Mann en «La muerte en Venecia». La Belleza -en mayúsculas lo escribe Mann, en sentido aspiracional- es el camino del hombre sensible hacia el espíritu.
No se trata de entender la misa, sino de vivir el misterio. Y de aprovechar el oleaje de las lenguas antiguas para llegar a la tierra prometida. El Papa Ratzinger quiso demostrarlo cuando restauró la misa tridentina. Y lo malentendieron sus detractores. Pensaron que pretendía Benedicto XVI restaurar el Antiguo Régimen. Y nunca supieron que la ópera favorita del papa alemán era el «Don Giovanni» de Mozart».
Puede consultar el artículo orginal pinchando aquí.
Nos llena de gozo informarles que, el próximo sábado 2 de julio, a las 20:00 horas, en Puente Genil (Córdoba) volverá a oficiarse, después de más de cuarenta años, la Santa Misa según el Rito Romano tradicional o Forma Extraordinaria, de conformidad con lo establecido en el motu proprio Summorum Pontificum de S.S. Benedicto XVI.
El lugar de su celebración será el Santuario de Ntra. Sra. de la Concepción, Patrona de Puente Genil, sito en calle Madre de Dios, núm. 2.
A continuación publicamos íntegramente el texto del mensaje dirigido por el presidente de la Federación Internacional Una Voce, el mejicano D. Felipe Alanís, en el marco del I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, celebrado el pasado 04 de Junio en la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla (Córdoba), y en el que participaron las asociaciones y grupos de fieles de la Misa tradicional pertenecientes a las distintas diócesis de Andalucía (España). Este mensaje fue leído a los presentes como preámbulo por D. Juan Manuel Rodríguez, Secretario de dicha Federación, que actuó como moderador del coloquio: «Presente y futuro de la Misa tradicional en Andalucía» con el que concluyó el mencionado Encuentro.
Agradecemos muy sinceramente al presidente de la Federación Internacional Una Voce tan importantes palabras de aliento para la causa de la Misa según la forma extraordinaria en nuestra región, las cuales recomendamos encarecidamente su lectura y difusión:
«Estimados hermanos en Cristo:
El próximo 19 de junio, V Domingo después de Pentecostés, se celebrará, a las 18:30 horas, la Santa Misa según el Rito Romano tradicional en la iglesia de San Juan de los Caballeros, sita en la Plaza Melgarejo nº 2 de Jerez de la Frontera.
Será la primera de una serie de misas mensuales que se celebrarán durante estos meses de verano antes de que en septiembre adquiera ya periodicidad dominical.
El sacerdote celebrante será el dominico Fray Xavier Català Sellés, quien en esta ocasión antes de la celebración dará una breve charla a los presentes sobre el tema: La Misa Tradicional desde el Concilio Vaticano II a nuestros días.
Con el ruego de la asistencia y difusión de esta buena nueva para la Misa tradicional en Andalucía.
Nos llena de satisfacción publicar la homilía que pronunció Mons. Alberto José González Chaves, de la Diócesis de Córdboba, en la Santa Misa solemne celebrada con ocasión del I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, en la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla (Córdoba), el pasado día 4 de junio, en el que participaron las asociaciones y grupos de fieles de la Misa tradicional pertenecientes a las distintas diócesis de Andalucía.
Nuestro más sincero agradecimiento a Mons. González Chaves por habernos remitido el texto de su homilía, y nuestra felicitación por una pieza oratoria que nos parece de excepcional calidad.
Venerables hermanos en el sacerdocio, religiosos que asistís en el altar y carísimos hermanos todos en el Corazón Eucarístico de Jesús:
“Por desgracia, nada más concluir el Concilio, la Constitución sobre la liturgia no se comprendió a partir del primado fundamental de la adoración, de la humilde genuflexión de la Iglesia ante la grandeza de Dios, sino más bien como un libro de recetas. Vimos a toda clase de creativos y animadores que buscaban más bien artimañas para presentar la liturgia de modo atrayente, más comunicativo, implicando cada vez a más gente, pero olvidando que la liturgia está hecha para Dios. Si Dios se convierte en el gran ausente, podemos llegar a toda clase de desviaciones, desde las más triviales a las más abyectas. Benedicto XVI ha recordado con frecuencia que la liturgia no puede considerarse una obra de la creatividad personal. Si hacemos una liturgia para nosotros mismos, se aleja de lo divino: se convierte en una representación teatral ridícula, vulgar y aburrida. Y se desemboca en liturgias que parecen operetas, fiestas dominicales para divertirse y disfrutar juntos… Después de la celebración eucarística, los fieles vuelven a casa sin haberse encontrado personalmente con Dios y sin haberle escuchado en lo más íntimo de su corazón. Falta ese cara a cara con Dios contemplativo y silencioso que nos transforma y nos devuelve las energías que permiten revelarlo a un mundo cada vez más indiferente a las cuestiones espirituales. El centro del misterio eucarístico es la celebración de la Pasión, de la dolorosa muerte de Cristo y de su Resurrección: si ese misterio queda ahogado por largas ceremonias ruidosas y recargadas, hay que temerse lo peor. Algunas misas son tan bullangueras que no difieren mucho de una feria de pueblo. Es necesario volver a descubrir que la esencia de la liturgia quedará eternamente marcada por el deseo de la búsqueda filial de Dios».
El pasado 4 de junio, el Obispo de Córdoba, D. Demetrio Fernández, dirigió una carta a los participantes en el I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, celebrado en la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla (Córdoba), en el que se dieron cita las asociaciones y grupos de fieles de las distintintas diócesis andaluzas que promueven la celebración de la Misa en su forma tradicional o extraordinaria, y del que dimos debida cuenta en la anterior entrada de nuestra web.
Córdoba, 4 de junio de 2016
A los participantes en el
I Encuentro Summorum Pontificum de Andalucía
Queridos hijos:
Hace casi nueve años, el Papa Benedicto XVI, por medio del Motu proprio Summorum Pontificum reconoció el derecho de los fieles a celebrar y participar en la Santa Misa según el Misal aprobado por el beato Juan XXIII en 1962, que era una actualización del promulgado por san Pio V y actualizado en sucesivas ocasiones por los Sumos Pontífices.
Este Motu proprio Summorum Pontificum establece normas para la celebración de este venerable Rito, que nunca ha sido abrogado, y en el que muchos fieles en la Iglesia hoy se sienten reconocidos a la hora de celebrar el único Santo Sacrificio de la Misa, que se celebra en diferentes Ritos por toda la Iglesia. El mismo Summorum Pontificum señala que la forma ordinaria del Rito Romano es según el Misal aprobado por el beato Pablo VI en 1972 y la forma extraordinaria, la celebrada según el Misal de beato Juan XXIII, evitando en todo momento que una y otra forma litúrgica sean contrapuestas ni sirvan para fomentar cualquier división en la Iglesia.
Por medio de estas letras quiero hacerme presente hoy entre vosotros los que participáis en la celebración de la Misa Tradicional en la Basílica Pontificia San Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia, en Montilla, para daros mi bendición y alentaros en vuestros buenos propósitos. Jesucristo Sacerdote y Víctima que se ofrece en el Altar por la redención de todos los hombres nos invita a unirnos a su ofrenda con la ofrenda de nuestra propia vida. Que la participación en este Santo Sacrificio os haga ser testigos del amor de Dios por todos los hombres, especialmente por los más necesitados en el alma o en el cuerpo. A María Santísima nuestra Madre os encomiendo a cada uno de vosotros, a vuestras familias y todas vuestras intenciones: “Monstra te ese matrem”
Ayudad al Monasterio de San José del Oasis de Jesús Sacerdote, instalado recientemente en Espiel (acceso por Villaviciosa), diócesis de Córdoba, que dentro de su carisma contemplativo celebra su liturgia siempre en la Forma Extraordinaria. En la instalación de este nuevo Monasterio, ellas necesitan vuestra ayuda. Dios os lo pague.
Con mi afecto sincero hacia todos los presentes, recibid mi bendición:
DEMETRIO FERNÁNDEZ, OBISPO DE CÓRDOBA.
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Más de un centenar de personas procedentes de toda Andalucía, entre ellas un significativo número de jóvenes, se congregaron el sábado día 4 de junio de 2016, en la Basílica de San Juan de Ávila, de Montilla (Córdoba), para participar en el I Encuentro Summorum Pontificum Andalucía, convocado por las asociaciones y grupos que en las distintas diócesis andaluzas existen y promueven al día de hoy la celebración de la Misa tradicional, conforme al Motu Proprio de S.S. Benedicto XVI. Asistiendo como coordinadores y participantes, fieles pertenecientes a las diócesis de Almería, Cádiz, Córdoba, Guadix, Huelva, Jaén, Jerez, Málaga y Sevilla.
El Encuentro comenzó a las 12:30 horas con una misa solemne, celebrada por monseñor Alberto José González Chaves, vicario episcopal de religiosas de la diócesis de Córdoba, en la que intervinieron como diácono Fr. Joaquín Pacheco Galán O.F.M., guardián del convento de padres franciscanos de Lucena (Córdoba), y como subdiácono el Rvdo. Sr. D. Jaime Porras Arrebola, párroco de Santiago Apóstol, de Iznájar (Córdoba). Se cantó durante la celebración el ordinario de la misa «de Angelis» y el propio de S. Juan de Ávila, en gregoriano, y, a su finalización, el himno a San Juan de Ávila. Participaron como servidores del altar algunos miembros de la Escuela de Acólitos Servite Domino, perteneciente a la Asociación Una Voce Sevilla.
En la magnífica homilía pronunciada por el celebrante -de la cual puede escucharse un extracto en el vídeo referido más adelante-, hemos de destacar la palabras dedicadas al valor teológico y pastoral del Rito Romano tradicional o Forma Extraordinaria, cuya restauración por parte del papa Benedicto XVI en 2007, afirmó: «no supone una marcha atrás en la reforma litúrgica ni un factor de desunión o una concesión a grupos de nostálgicos», además de «favorecer el sentido de la adoración, la centralidad del misterio, el ambiente de sacralidad, el sonido del silencio, la centralidad de la Cruz, la teología eucarística, la orientación de sacerdotes y fieles “versus Deum”, el uso de la solemne y atemporal lengua latina y la belleza del canto gregoriano».
A la terminación del coloquio, numerosos asistentes visitaron los lugares vinculados a la presencia de S. Juan de Ávila en Montilla, como el convento de Sta. Clara y la casa donde vivió sus últimos años y murió el Santo Maestro.
http://unavocordoba.blogspot.com.es/2016/06/breve-cronica-del-i-encuentro-summorum.html
http://catholicvs.blogspot.com.es/2016/06/reportaje-y-fotos-de-la-solemne-santa.html
http://infovaticana.com/blogs/cigona/misa-tradicional-andalucia/
http://www.montilladigital.com/2016/06/el-encuentro-summorum-pontificum-lleva.html
http://infomilitiatempli.blogspot.com.es/2016/06/la-militia-templi-presente-en-el-i.html
http://adelantelafe.com/misa-summorum-pontificum-andalucia/
http://www.pasionpormvnda.com/2016/06/mas-de-un-centenar-de-personas.html
http://accionliturgica.blogspot.com.es/2016/05/i-encuentro-summorum-pontificum.html
http://infovaticana.com/blogs/cigona/mas-encuentro-summorum-pontificum-andalucia-montilla/