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El Humo de Satanás - Entrevista con el P.Gabriele Amorth

 Miércoles 30 de septiembre de 2009

El padre Gabriele Amorth es un respetado exorcista de Roma. A continuación, se encuentra una entrevista que el Padre Amorth concedió al periódico italiano 30 Días, en junio de 2001.

 

- PADRE AMORTH, POR FIN ESTÁ LISTA LA TRADUCCIÓN ITALIANA DEL NUEVO RITUAL PARA LOS EXORCISTAS.

 

PADRE AMORTH: Sí, está lista. El año pasado la CEI (Conferencia Episcopal Italiana) se negó a aprobarla porque había errores de traducción del latín al italiano. Y los exorcistas, que tenemos que utilizarla, aprovechamos para señalar, una vez más, que no estamos de acuerdo con muchos puntos del nuevo Ritual. El texto latino sigue siendo el mismo en esta traducción. Un Ritual tan esperado, al final, se ha transformado en una farsa. Un increíble obstáculo que podría impedirnos actuar contra el demonio.

 

- ES UNA ACUSACIÓN DURA. ¿A QUÉ SE REFIERE?

 

AMORTH: Le doy sólo dos ejemplos, ambos increíbles. En el punto 15 se habla de los maleficios y de cómo comportarse al enfrentarlos. El maleficio es un mal causado a una persona recurriendo al diablo. Se puede hacer de varias formas, como hechizos, maldiciones, mal de ojo, vudú, macumba. El Ritual romano antiguo explicaba cómo había que afrontar esto. El nuevo Ritual, en cambio, declara, categóricamente, que está totalmente prohibido hacer exorcismos en estos casos. Absurdo. Los maleficios son, por mucho, la causa más frecuente de posesiones y de males causados por el demonio, por lo menos el 90 por ciento de los casos.

 

Esto es como decirles a los exorcistas que dejen de llevar a cabo exorcismos. El punto 16 declara, solemnemente, que no se deben de hacer exorcismos si no se tiene la certeza de la presencia del diablo. Esto es una obra maestra de incompetencia: la certeza de que el diablo está presente en una persona, se tiene sólo haciendo el exorcismo. Más aún, los redactores del Ritual no se dieron cuenta de que, en ambos puntos, contradicen el Catecismo de la Iglesia Católica, que indica que hay que hacer exorcismos, tanto en el caso de posesiones diabólicas, como en los casos de males causados por el demonio. Y dice, además, que hay que hacerlo tanto, sobre las personas, como sobre las cosas. Y en las cosas nunca está presente el demonio, sólo su influencia. Las declaraciones contenidas en el nuevo Ritual son gravísimas y muy perjudiciales, fruto de la ignorancia e inexperiencia.

 

- ¿PERO NO LO HABÍAN PREPARADO EXPERTOS?

 

AMORTH: ¡En absoluto! En estos diez años, dos comisiones han trabajado en el Ritual: una compuesta por cardenales, que se ocupó de la Prenotanda, es decir, las disposiciones iniciales, y otra que se ocupó de las oraciones. Yo puedo afirmar, con certeza, que ninguno de los miembros de las dos comisiones ha hecho nunca un exorcismo, ni ha estado presente en exorcismos, ni tiene la menor idea de qué es un exorcismo. Este es el error, el pecado original, de este Ritual. Ninguno de los que colaboraron en él es un experto en exorcismos.

 

- ¿CÓMO ES POSIBLE?

 

AMORTH: No me lo pregunte a mí. Durante el Concilio Ecuménico Vaticano II, en todas las comisiones había un grupo de expertos que ayudaban a los obispos. Esta costumbre se ha mantenido después del Concilio, cada vez que se han modificado partes del Ritual. Pero no fue así en este caso. Y si había un tema en el que eran necesarios los expertos, era éste.

 

- ¿Y QUÉ ES LO QUE HA PASADO?

 

AMORTH: Pues que los exorcistas nunca fuimos consultados. Y, además, las comisiones han recibido con desdén las sugerencias que hemos dado. Todo este asunto es perverso. ¿Quiere que le cuente lo que pasó?

 

- POR SUPUESTO.

 

AMORTH: Como había pedido el Concilio Vaticano II, las diferentes partes del Ritual romano fueron, paulatinamente, revisadas y modificadas. Los exorcistas esperábamos que se tocara el título XII, es decir, el Ritual del Exorcismo. Pero, aparentemente, éste no se consideraba un tema relevante, dado que transcurrieron los años y no pasaba nada. Luego, de repente, el 4 de junio de 1990, se publicó el Ritual provisional, de prueba. Esto fue una verdadera sorpresa para nosotros, ya que no habíamos sido consultados antes. Y, sin embargo, habíamos preparado toda una serie de solicitudes, en vista de la revisión del Ritual. Entre otras cosas, pedíamos que las oraciones se modificaran, introduciendo invocaciones a la Virgen, las cuales no existían, y que se aumentaran el número de oraciones específicamente dirigidas al exorcismo en sí. Pero no se dio la oportunidad de hacer ningún tipo de contribución. Sin embargo, no nos dimos por vencidos: después de todo, era por nosotros, que el texto se había redactado. Y ya que en la carta de presentación del entonces Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Eduardo Martínez Somalo, les pedía a las conferencias episcopales que le hicieran llegar, durante los dos años siguientes: "consejos y sugerencias de los sacerdotes que lo habrían de utilizar", nos pusimos a trabajar. Reuní a dieciocho exorcistas, elegidos de entre los más expertos del planeta. Examinamos, con gran atención, el texto. Lo utilizamos.

 

Inmediatamente, elogiamos la primera parte, en la que se resumían los fundamentos evangélicos del exorcismo. Esta parte es el aspecto bíblico-teológico del tema, sobre el que no era aparente, incompetencia alguna. Es una nueva sección, que no se encontraba en el Ritual de 1614, compuesto bajo el pontificado de Pablo V: además, en aquella época, noera necesario recordar estos principios, ya que todo el mundo los conocía y aceptaba. Hoy, en cambio, es indispensable.

 

Pero cuando pasamos a examinar la parte práctica, que exige un conocimiento especifico del tema, advertimos la total inexperiencia de los redactores. Hicimos numerosas observaciones, artículo por artículo, y se las hicimos llegar a todas las partes interesadas: Congregación para el Culto Divino, Congregación para la Doctrina de la Fe, y las conferencias episcopales. Una copia fue entregada directamente al Papa.

 

- ¿CÓMO FUERON RECIBIDAS SUS OBSERVACIONES?

 

AMORTH: Muy mal, y no consiguieron nada. Nos habíamos inspirado en la constitución dogmática Lumen gentium, en la que la Iglesia es descrita como el "Pueblo de Dios". En el número 28, se habla de la colaboración de los sacerdotes con los obispos, y en el número 37, se dice, con claridad, incluso refiriéndose a los laicos, que "debido al conocimiento, competencia y preeminencia que poseen, tienen la facultad, más aún, a veces el deber, de exponer su opinión acerca de los asuntos concernientes al bien de la Iglesia". Esto es exactamente lo que hicimos. Pero fuimos demasiado ingenuos, al pensar que las disposiciones del Vaticano II habían llegado a las Congregaciones Romanas. En cambio, chocamos con un muro de rechazo y de escarnio. El Secretario de la Congregación para el Culto Divino presentó un informe, a la Comisión de Cardenales, en la que decía que aquellos que lo habían contactado, eran obispos, y no los sacerdotes y exorcistas. Y respecto a nuestro humilde intento de ofrecer ayuda como expertos, añadía, textualmente: "También se debe de notar el hecho de que un grupo de exorcistas y demonólogos, los cuales, posteriormente, crearon una Asociación internacional, estaban orquestando una campaña contra el rito". Una acusación indecente: ¡nosotros nunca hemos orquestado una campaña! El Ritual iba dirigido a nosotros, y, sin embargo, las comisiones no habían convocado a ninguna persona competente. Por esto, era más que lógico que tratáramos de dar nuestra opinión.

 

- ENTONCES, ¿QUIERE ESO DECIR QUE EL NUEVO RITUAL ES INUTILIZABLE EN SU LUCHA CONTRA EL DEMONIO?

 

AMORTH: Sí. Querían darnos un arma sin filo. Se han eliminado las oraciones eficaces, oraciones que tenían doce siglos de existencia fueron substituidas por nuevas oraciones ineficaces. Pero, por suerte, en el último momento, nos dieron un salvavidas.

 

- ¿CUÁL?

 

AMORTH: El nuevo Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el Cardenal Jorge Medina, añadió una Notificación, al Ritual, en la que se especifica que los exorcistas no están obligados a usar este Ritual, y que, si así lo desean, pueden pedir la autorización de sus obispos, para seguir usando el antiguo Ritual. Los obispos, a su vea, deben pedir autorización a la Congregación, la cual, como escribe el Cardenal, "la concede gustosamente".

 

- ¿LA CONCEDE GUSTOSAMENTE?. ESA ES UNA CONCESIÓN MUY RARA.

 

AMORTH: ¿Quiere saber de donde proviene?. De un intento del Cardenal Joseph Ratzinger, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y del propio Cardenal Medina, para introducir, en el Ritual, un artículo -entonces era el artículo 38- por el que se autorizaba a los exorcistas a usar el Ritual anterior. Indudablemente, era una maniobra extrema para defendernos de los grandes errores contenidos en el Ritual definitivo. Pero el intento de los dos cardenales no tuvieron éxito. El Cardenal Medina, que había comprendido lo que estaba en riesgo, decidió darnos esta tabla de salvación, añadiendo una Notificación por separado.

 

- ¿CÓMO SON VISTOS USTEDES, LOS EXORCISTAS, DENTRO DE LA IGLESIA?

 

AMORTH: Somos muy mal tratados. Nuestros hermanos sacerdotes, a cargo de esta delicadísima tarea, son vistos como locos, como fanáticos. Por lo general, ni siquiera son tolerados por los mismos obispos que los nombraron.

 

- ¿CUÁL HA SIDO EL HECHO MÁS LLAMATIVO DE ESTA HOSTILIDAD?

 

AMORTH: Celebramos un convenio internacional de exorcistas, cerca de Roma, y pedimos que el Papa nos recibiera. Para no presionarlo, y evitar añadir otra audiencia a las muchas que ya tiene, simplemente, pedimos que se nos recibiera en audiencia pública, la del miércoles en la Plaza de San Pedro. Ni siquiera pedimos que nos nombrara en sus saludos personales. Hicimos la petición, en la manera en que lo ordenan los cánones, como recordará, perfectamente, Monseñor Paolo De Nicolo, de la Prefectura de la Casa Pontificia, quien recibió de buena gana nuestra petición. Sin embargo, el día antes de la audiencia, el propio Monseñor Nicolo nos dijo -con pena, esa es la verdad, por lo que estaba claro que la decisión no la había tomado él- que no asistiéramos a la audiencia, y que no habíamos sido admitidos. ¡Increíble: 150 exorcistas procedentes de los cinco continentes, sacerdotes nombrados por sus obispos de conformidad con las normas del derecho canónico, que exigen sacerdotes de oración, de ciencia y de buena reputación -es decir, de alguna forma, la flor y nata del clero, sacerdotes que piden participar en una audiencia pública del Papa y se les echa a patadas!. Monseñor Nicolo me dijo: "Le prometo que, inmediatamente, le enviaré una carta explicando la situación". Han pasado cinco años y, todavía, estoy esperando esa carta. Desde luego, no fue Juan Pablo II quien nos excluyó. Pero el hecho de que a 150 sacerdotes se les prohíba participar en una audiencia pública del Papa en la Plaza de San Pedro, explica la clase de obstáculos a los que se enfrentan los exorcistas, aún dentro de su propia Iglesia, y hasta que punto, son mal vistos por un gran número de autoridades eclesiásticas.

 

- USTED COMBATE, DIARIAMENTE, CON EL DEMONIO. ¿CUÁL ES EL MAYOR ÉXITO DE SATANÁS?

 

AMORTH: Que consigue hacer creer que no existe. Y casi lo ha conseguido. Incluso dentro de la Iglesia. Tenemos un clero y un episcopado que han dejado de creer en el demonio, en los exorcismos, en los males extraordinarios que puede causar el diablo, y ni siquiera en el poder, que nos ha dado Jesús, de expulsar a los demonios. Desde hace tres siglos, la Iglesia Latina -al contrario de la Ortodoxa y de varias denominaciones Protestantes- ha abandonado casi, completamente, el ministerio del exorcismo. Al no practicar los exorcismos, al no estudiarlos y no haberlos visto nunca, el clero ya no cree en ellos. Pero, ni siquiera, cree en el diablo. Tenemos episcopados enteros que se muestran hostiles a los exorcismos. Hay países en los que no existe ni siquiera un solo exorcista, como Alemania, Suiza, España y Portugal. Una carencia aterradora.

 

- NO MENCIONÓ A FRANCIA. ¿ALLÍ LA SITUACIÓN ES DIFERENTE?

 

AMORTH: Hay un libro escrito por el más conocido exorcista francés, Isidoro Froc, titulado Los Exorcistas, quiénes son y qué hacen. Este libro, traducido, al italiano, a petición de la Conferencia Episcopal francesa. En ninguna parte del libro se dice que los exorcistas, en algunos casos, hacen exorcismos. El autor ha declarado, repetidamente, a la televisión francesa que nunca ha hecho exorcismos y que nunca los hará. De un centenar de exorcistas franceses, sólo cinco creen en el demonio y hacen exorcismos. El resto mandan al psiquiatra a la gente que se dirige a ellos. Y los obispos son las primeras víctimas de esta situación de la Iglesia Católica, en la que la creencia en la existencia del demonio está en proceso de desaparecer.

 

Antes de que saliera este nuevo Ritual, el Episcopado alemán escribió una carta, al Cardenal Ratzinger, en la que afirmaba que no era necesario hacer un nuevo Ritual, porque los exorcismos ya no deben de ser practicados.

 

- ¿SON LOS OBISPOS QUIENES TIENEN QUE NOMBRAR A LOS EXORCISTAS?

 

AMORTH: Sí. Cuando un sacerdote es nombrado obispo, se encuentra con un artículo del Código de Derecho Canónico, que le autoriza, completamente, a nombrar exorcistas. Lo mínimo que se le puede pedir a un obispo es que haya asistido, por lo menos, a un exorcismo, dado que debe tomar una decisión tan importante. Por desgracia, esto no ocurre casi nunca. Pero si a un obispo recibe una petición seria de exorcismo -es decir, no hecha por alguien enajenado- y no actúa en consecuencia, comete pecado mortal. Será responsable de todos los terribles sufrimientos de esa persona, que a veces duran años o toda una vida, cuando podría haberlos evitado.

 

- ¿ESTÁ DICIENDO QUE LA MAYOR PARTE DE LOS OBISPOS DE LA IGLESIA CATÓLICA ESTÁN EN PECADO MORTAL?

 

AMORTH: Cuando era niño, mi viejo párroco me enseñaba que hay ocho sacramentos: el octavo es la ignorancia. El octavo sacramento salva a más gente que los otro siete juntos. Para cometer pecado mortal, debe haber una causa seria, pero también, es necesario el pleno conocimiento y el consentimiento deliberado. Esta omisión de ayuda por parte de muchos obispos es una causa seria. Pero estos obispos son ignorantes: no hay, pues, pleno conocimiento, ni consentimiento deliberado.

 

- ¿PERO SI UNO NO CREE EN LA EXISTENCIA DE SATANÁS, LA FE SIGUE INTACTA, ES DECIR, SIGUE SIENDO FE CATÓLICA?

 

AMORTH: No. Le voy a contar una historia. Cuando conocí al Padre Pellegrino Ernetti, un célebre exorcista, que ejerció durante cuarenta años en Venecia, le dije: "Si pudiera hablar con el Papa, le diría que encuentro demasiados obispos que no creen en el demonio". La tarde siguiente, el Padre Ernetti vino a decirme que aquella mañana le había recibido Juan Pablo II. "Su Santidad", le había dicho, "hay, aquí en Roma, un exorcista, el Padre Amorth, que si pudiera hablar con usted le diría que encuentra demasiados obispos que no creen en el demonio". El Papa le respondió brevemente: "Aquel que no cree en el demonio, no cree en el Evangelio". Esta es la respuesta que dio él y que yo repito.

 

- EXPLÍQUEME, POR FAVOR. ¿ESTO SIGNIFICA QUE HAY MUCHOS OBISPOS Y SACERDOTES QUE YA NO SON CATÓLICOS?

 

AMORTH: Digamos que no creen en una verdad evangélica. Así que, probablemente, los acusaría de estar propagando una herejía. Pero seamos claros: alguien es formalmente hereje, si se le acusa de cometer un error, y persiste en él. Pero, debido a la situación que existe en la Iglesia, hoy en día, nadie, jamás, acusaría a ningún obispo de no creer en el diablo, ni en las posesiones demoníacas, ni de no nombrar exorcistas porque no cree en estas cosas. Podría mencionar un gran número de obispos y cardenales, que en cuanto fueron nombrados para una diócesis, lo primero que hicieron fue quitarles a todos los exorcistas la facultad de ejercer. O bien, obispos que afirman, abiertamente: "Yo no creo en eso. Son cosas del pasado". ¿Por qué pasa esto?. Porque, por desgracia, ha habido una perniciosa influencia de ciertos estudiosos de la Biblia, y podría darle los nombres de mucha gente muy conocida. Nosotros que, diariamente, estamos en contacto con el mundo del más allá, sabemos que esta influencia ha afectado muchas reformas litúrgicas.

 

- ¿POR EJEMPLO?

 

AMORTH: El Concilio Vaticano II habla pedido que se revisaran algunos textos. Esta orden fue desobedecida, ya que había un deseo de rehacerlos completamente, sin pensar que se podían empeorar las cosas, en vez de mejorarlas. Muchos ritos se han empeorado por esa manía de querer deshacerse de todo lo pasado, para rehacerlo de nuevo, como si la Iglesia, hasta el día de hoy, lo único que hubiera hecho es engañarnos y mentirnos, y como si sólo hasta ahora, tuviera grandes genios, super teólogos, super estudiosos de la Biblia, super liturgos, que saben darle a la Iglesia lo que es bueno. Esto es una mentira: el último Concilio, simplemente, pidió que se revisaran los textos, no que se destruyeran.

 

El Ritual Exorcista, por ejemplo, debía de ser revisado, no escrito nuevamente. En él, había oraciones que se han usado durante doce siglos. Antes de eliminar oraciones tan antiguas, que han resultado muy eficaces, había que pensarlo con cuidado. ¡Pero no! Todos los exorcistas hemos utilizado las oraciones del Ritual de prueba, y nos hemos dado cuenta de que son absolutamente ineficaces. Pero también el rito del bautismo de los niños ha sido arruinado. Fue renovado, de tal forma, que el exorcismo contra Satanás, ha sido casi eliminado. El bautismo siempre tuvo enorme importancia para la Iglesia, hasta el punto que se le llamaba exorcismo menor. Paulo VI protestó, públicamente, contra ese nuevo rito.

 

Encontramos esta misma degeneración del rito, en el nuevo bendicionario. He leído, minuciosamente, las 1200 páginas del mismo. ¡Pues bien, se han eliminado, sistemáticamente, todas y cada una de las referencias al hecho que el Señor nos protege contra Satanás, y que los ángeles nos protegen de los ataques del demonio. Todas las oraciones para la bendición de las casas y las escuelas han sido eliminadas. Todo debe ser bendecido y protegido, pero, hoy, ya no hay ninguna protección contra el demonio. Ya no existe ninguna defensa, ni oraciones contra él. El propio Jesús nos enseñó una oración de liberación en el Padre Nuestro: "Líbranos del Maligno. Líbranos de la persona de Satanás". Esta oración fue traducida mal, y hoy la gente ora, diciendo: "Líbranos del Mal". Se habla de un mal general, cuyo origen, en el fondo, no se conoce. Sin embargo, el mal contra el que nuestro Señor Jesucristo nos enseño a luchar, es una persona concreta: Satanás.

 

- DESDE SU POSICIÓN PRIVILEGIADA PARA OBSERVAR LAS COSAS: ¿TIENE LA IMPRESIÓN DE QUE EL SATANISMO SE ESTÁ DIFUNDIENDO?

 

AMORTH: Sí, enormemente. Cuando disminuye la fe, aumenta la superstición. En el lenguaje bíblico, puedo decir que la gente está abandonando a Dios, y entregándose al ocultismo. La terrible desaparición de la fe en toda la Europa Católica, hace que la gente se ponga en manos de hechiceros y adivinos, y así, las sectas satánicas prosperan. Se hace fuerte propaganda del culto al demonio, a las masas, mediante el rock satánico, y personajes como Marilyn Manson. Los niños también están siendo atacados: hay revistas e historietas que enseñan la hechicería y el satanismo.

 

Las sesiones de espiritismo, en las que se evocan a los muertos para conseguir respuestas, están muy difundidas. Ahora se enseña a efectuar sesiones de espiritismo a través de computadoras, teléfonos, televisores, y video grabadoras, pero sobre todo, con la escritura automática. Ya ni siquiera se necesita un medium: es un espiritismo que cada quien puede hacer por sí mismo. De acuerdo con las encuestas, el 37 por ciento de los estudiantes han hecho, por lo menos una vez, el juego de las letras y el vaso, una verdadera sesión de espiritismo. En una escuela a la que me invitaron a hablar, los chicos me dijeron que jugaban este juego durante la clase de religión, ante los ojos complacidos del maestro.

 

- ¿Y ESTO FUNCIONA?

 

AMORTH: No existe diferencia entre magia blanca y magia negra. Cuando la magia funciona, siempre es obra del demonio. Todas las formas de ocultismo, como esta huida hacia las religiones de Oriente, con sus sugestiones esotéricas, son puertas abiertas para el demonio. Y el diablo entra. Inmediatamente.

 

En el caso de la monja que fue asesinada, en Chiavenna, y el caso de Erika y Omar, los dos adolescentes de Novi Ligure, que mataron a la mamá y al hermano pequeño de Erika, no dudé, en afirmar, que la intervención diabólica formó parte de esto, porque esos chicos practicaban el satanismo. La policía descubrió, que en ambos casos, los chicos seguían a Satanás, y tenían libros satánicos.

 

- ¿QUÉ HACE EL DEMONIO PARA SEDUCIR AL HOMBRE?

 

AMORTH: Su estrategia es siempre la misma. Ya se lo he dicho, y él lo reconoce. Hace creer que el infierno no existe, que el pecado no existe, y que él es solamente una experiencia más que hay que vivir. Concupiscencia, éxito y poder, son las tres grandes pasiones en las que Satanás se fía.

 

- ¿CUÁNTOS CASOS DE POSESIÓN DEMONÍACA HA ENCONTRADO?

 

AMORTH: No más de cien. Ya dejé de contarlos.

 

- ¿CIEN? ES UN NÚMERO MUY ALTO. EN SU LIBRO, USTED DICE QUE LOS CASOS DE POSESIÓN SON RAROS.

 

AMORTH: Y lo son, realmente. Muchos exorcistas han encontrado sólo casos de males diabólicos. Pero yo heredé la "clientela" de un conocido exorcista, el Padre Cándido, y, por consiguiente, los casos que aún no había resuelto. Además, los otros exorcistas me mandan a mí los casos más resistentes.

 

- ¿CUÁL HA SIDO EL CASO MÁS DIFÍCIL QUE HA TENIDO QUE AFRONTAR?

 

AMORTH: Es el que estoy tratando ahora, desde hace dos años. Es la misma chica que fue bendecida -no fue un exorcismo verdadero- por el Papa, en octubre, en el Vaticano, y que tanto dio que hablar en los periódicos. Ella es golpeada las veinticuatro horas del día, y es víctima de tormentos inimaginables. Ni los médicos, ni los psiquiatras, consiguen entender lo qué pasa. Ella está completamente lúcida, y es muy inteligente. Es un caso realmente triste.

 

- ¿CÓMO ES QUE UNO SE CONVIERTE EN VÍCTIMA DEL DEMONIO?

 

AMORTH: Uno puede ser objeto de los ataques del demonio, en cuatro casos. Bien porque esto es una bendición para la persona (como en el caso de muchos santos), bien por la persistencia irreversible, en el pecado, bien por una maldición que alguien hace invocando el nombre del demonio, o bien, cuando uno se dedica a practicar el ocultismo.

 

- DURANTE EL EXORCISMO DE LOS POSEÍDOS, ¿QUÉ TIPO DE FENÓMENOS OCURREN?

 

AMORTH: Recuerdo un campesino analfabeto que, durante el exorcismo, me hablaba sólo en inglés, por lo que yo necesitaba un intérprete. Hay quien demuestra una fuerza sobrehumana, quien se eleva, totalmente, del suelo, siendo imposible, aún para varias personas, mantenerlo sentado en la silla. Pero hablamos de presencia demoníaca, sólo por el contexto en que se desarrollan estos fenómenos.

 

- ¿ALGUNA VEZ LO HA LASTIMADO EL DEMONIO?

 

AMORTH: Cuando el Cardenal Poletti me pidió que me dedicara al exorcismo, me encomendé a la Virgen: "Envuélveme en Tu Manto, y yo estaré seguro". El demonio me ha amenazado, muchas veces, pero nunca me ha hecho daño.

 

- ¿NUNCA SIENTE MIEDO DEL DEMONIO?

 

AMORTH: ¿Yo miedo de ese animal? Es él quien tiene que tener miedo de mí: yo actúo en nombre del Señor del mundo, mientras que él, es sólo el simio de Dios.

 

- PADRE AMORTH, EL SATANISMO SE DIFUNDE CADA VEZ MÁS. EN REALIDAD, EL NUEVO RITUAL HACE DIFÍCIL LA PRÁCTICA DE LOS EXORCISMOS. A LOS EXORCISTAS SE LES IMPIDE QUE PARTICIPEN EN UNA AUDIENCIA CON EL PAPA EN LA PLAZA DE SAN PEDRO. DÍGAME, SINCERAMENTE: ¿QUÉ ES LO QUE ESTÁ PASANDO?

 

AMORTH: El humo de Satanás ha entrado a todas partes. ¡A todas partes! Quizá fuimos excluidos de la audiencia del Papa, porque tenían miedo de que tantos exorcistas consiguieran expulsar a las legiones de demonios que se han instalado en el Vaticano.

 

- ESTÁ BROMEANDO, ¿VERDAD?

 

AMORTH: Le podrá parecer una broma, pero yo creo que es verdad. No tengo ninguna duda de que el demonio tienta, sobre todo, a las autoridades de la Iglesia, así como a cualquier otra autoridad, en la política y la industria.

 

- ¿ESTÁ DICIENDO, ENTONCES, QUE EN ÉSTA, COMO EN TODAS LAS GUERRAS, SATANÁS QUIERE CONQUISTAR LOS ALTOS MANDOS, PARA TOMAR PRISIONEROS A LOS GENERALES DEL ADVERSARIO?

 

AMORTH: Es una estrategia victoriosa. Siempre se intenta ponerla en práctica. Sobre todo cuando las defensas del adversario son débiles. Satanás también lo intenta. Pero, gracias al Cielo, es el Espíritu Santo Quien dirige a la Iglesia: "Las puertas del infierno no prevalecerán". A pesar de las defecciones, y a pesar de las traiciones, que no deben causar asombro. El primer traidor fue uno de los apóstoles más cercanos a Jesús: Judas Iscariote.

 

Pero, a pesar de esto, la Iglesia sigue su camino. El Espíritu Santo la mantiene, y por lo tanto, los ataques de Satanás sólo pueden ser parcialmente exitosos. Naturalmente, el demonio puede ganar batallas, incluso batallas importantes. Pero nunca ganará la guerra. 

Entrevista al P. Gabriele Amorth

                                                                    Paolo Rodari

Si un exorcista en el Vaticano descubre que tiene mucho que hacer
¿Satanistas en el Vaticano? “Sí, aún en el Vaticano hay miembros de sectas satánicas”. Y ¿quienes participan de ellas? “Se trata de sacerdotes o de simples laicos? “Son sacerdotes, monseñores e ¡inclusive cardenales!”. Discúlpeme, don Gabriele, pero ¿Ud. como lo sabe? “Lo se por las propias personas que me lo han podido referir porque han tenido modo de saberlo directamente. Y es algo “confesado” por muchas veces por el propio demonio bajo obediencia durante los exorcismos”. ¿El Papa está informado? “¡Por cierto que está informado! Pero hace lo que puede. Es algo escalofriante. Tenga en cuenta que Benedicto XVI
es un Papa alemán, viene de una nación decididamente adversa a estas cosas. En Alemania de hecho casi no hay exorcistas, pero el Papa sí cree: he tenido ocasión de hablar con él tres veces, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. ¡Sin duda cree! Y ha hablado explícitamente en público muchas veces. Nos ha recibido, como asociación de excorcistas y ha hecho un buen discurso dándonos ánimo y elogiando nuestro apostolado. Y no se olvide que del Diablo y del exorcismo ha hablado mucho Juan Pablo II”.



Ahora bien, ¿es verdad lo que decía Paulo VI: que el humo de Satanás ha entrado en la Iglesia? “Es verdad, sobretodo porque inclusive en la Iglesia hay adeptos a las sectas satánicas. Este particular “humo de Satanás” lo ha mencionado Paulo VI el 29 de junio de 1972. Y como esta frase ha creado un enorme escándalo, el 15 de noviembre del mismo año 1972 dedicó todo un discurso de los miércoles al demonio, con frases muy duras. Ciertamente, rompió el hielo, levantó el manto de silencio y censura que venía desde hacía mucho tiempo, pero no ha logrado consecuencias prácticas. Se necesitaba
alguien como yo, que no vale nada, para dar la voz de alarma, para lograr esas consecuencias prácticas”.

El P. Gabriele Amorth es uno de los grandes exorcistas en el nivel internacional. Desarrrolla su función en la propia ciudad de Roma. Sus memorias, recopiladas por Marco Tosatti en “El P. Amorth. Memorias de un Excorcista. Mi vida en lucha contra Satanás”. (Piemme) son ante todo una denuncia de la Iglesia que quiere hacer. Sobre la Iglesia y a sus obispos dice allí: “Tenemos muchísimos sacerdotes y muchos obispos que por sobre todo no creen en Satanás”. Y ahora: “Hay
naciones enteras sin exorcistas: Alemania, Austria, Suiza, España, Portugal... Muchos obispos no creen ya en el demonio y llegan a decir a la gente de un modo directo: el infierno no existe, el demonio no existe. Sin embargo Jesús en el Evangelio habla mucho por lo cual podría decirse que ¡o no han leído el Evangelio o directamente no creen en Él”!

Muchos obispos no creen en el demonio. Y de hecho, la batalla del P. Amorth se desarrolla en dos frentes: contra el adversario de siempre y contra el silencio o la incredulidad del clero: “El Código de Derecho
Canónico dice que los exorcistas deberán ser seleccionados de entre la flor del clero”, explica. Y, en lugar de esto, se hace de otra manera”. A menudo los mejores sacerdotes son destinados por los obispos a otros encargos. Y los pocos exorcistas que hay tienen poca experiencia. Debería ser al revés. Para todos debería ofrecerse lo que tuvo don Amorth: el cardenal Ugo Poletti lo destinó junto al P. Cándido Amantini, que hacía cuarenta años era excorcista de la Scala Santa. Dice don Amorth: “Fueron muchos los episodios que me relataba el P. Cándido. Un día un sacerdote le dice claramente que no creía nada de todo esto: demonio, exorcismo y cosas así.

El P. Cándido le respondió: venga una vez a asistir a uno. El P. Cándido relató que este sacerdote se presentó, con las manos en los bolsillos, con un aire casi de desprecio. En un cierto punto el demonio se volvió a él y le dijo: tú no crees en mí, pero las mujeres dicen que tú crees en las mujeres. El sacerdote, caminando de espaldas, completamene avergozado, ganó la puerta y se fue”.

Don Amorth recibe en su estudio a centenares de personas al año
. De estas, pocas están realmente poseídas. La mayor parte tiene simplemente graves problemas físicos o psiquátricos. Pero sí hay posesos. Se presentan a don Amorth para ser liberados. Lo hacen espontáneamente, aunque la “presencia” que está poseyendo su cuerpo hace todo lo posible para que el exorcismo no tenga lugar.

¿Como sobreviene una posesión? La mayor parte de la gente queda poseída despues de haber participado de un rito rito satánico o de una misa negra. Dice don Amorth: “la principal característica de las misas negras es el desprecio de la eucaristía. En la verdadera misa negra hay una
mujer desnuda que está sobre el altar, que debe ser virgen, y es violada por el que oficia de sacerdote y luego por todos los demás y entonces, sucede de todo. Eso se transforma en un verdadero burdel. Por lo cual muchos asistentes a las misas negras van para el “después”, para el burdel”.

Don Amorth tiene un método –que a veces usa y otras no- para reconocer si persona está verdaderamente poseída: el agua bendita. Nos habla recordando a una mujer que solicitaba ser exorcisada. Don Amorth no sabía si se trataba de una posesión verdaderamente. Así pues,
preparó sobre una mesa dos vasos, uno con agua común y otro con agua bendita: Le ofrecí beber el agua común; me dio las gracias y bebió. Minutos después puse el vaso con agua bendita. La bebe, pero esta vez su aspecto cambió de golpe: de jovencita asustada a persona airada. Escandiendo las palabras con un timbre de voz bajo y fuerte, como si un hombre hablase dentro de ella me dice: ¿“Te crees astuto, sacerdote”? Entonces así empieza la oración del exorcismo y solo una hora después, completado el rito, sobreviene la liberación, en la iglesia”.

 

Fuente: Il Fogli, 25 de febrero de 2010
Visto en:
Panorama Católico

Habla un exorcista

“Hay muchos poseídos; yo paso doce horas haciendo exorcismos”

Se levanta al alba, dedica “unas cuantas horitas a la oración” y después inicia su labor de exorcista. “Desde las 11 de la mañana hasta las 9 de la noche, literalmente sin parar”, dice. Después, la misa, “y luego siempre tengo una, dos, tres personas más”. Es el padre Enrique González, exorcista de la arquidiócesis de Madrid, quien relató su experiencia en la revista “Pórtico”.

 

El sacerdote es enjuto, de sonrisa afable y hablar pausado, con el cabello oscuro como sus vestimentas clericales.

 

¿Realmente hay tantos casos de personas poseídas o, al menos, infestadas por Satanás, como para dedicar 12 horas al día? “Sí, sí. Y hay de todo: jóvenes hay muchos, incluso niños. Son personas que están por formarse; tienen toda una vida por delante, una vida que se puede torcer o enderezar, y quizás por eso siento una especial solicitud hacia ellos”.

 

El exorcista no es ingenuo: sabe que no todos los que vienen a él “son casos de posesión”. Aun así, “la oración, el exorcismo, están destinados a apartar, a alejar al demonio de la vida de una persona, pues tiene un poder liberador importante”. Se trata de una “herramienta” eficaz “para todos”, especialmente “para las personas con heridas, con esclavitudes”, ya que “les devuelve la libertad”.

 

El padre Enrique se dedicaba a los pobres en el albergue “El don de María” hasta que el arzobispo de Madrid, el cardenal Rouco, lo designó “para ejercer como exorcista de la catedral”. “Yo no me lo propuse; Dios fue configurando mi vida así y ya está”.

 

Ahora que es exorcista (ser exorcista no es un “título”, exclama) dice que contempla “más cerca y más cara a cara al diablo”. Se trata de “una criatura cuya maldad y odio contra Dios y los hombres es difícil de entender”. Satanás, según el padre Enrique, “puede aparecer con un rostro inocente o grotesco, pero detrás de ello se esconde una maldad, una inteligencia y un endurecimiento difícil de imaginar”.

 

Una de las armas contra el diablo es invocar la protección de la Virgen. “Hay muchos demonios que no soportan el Avemaría; muchos. Sobre todo el rezo repetitivo del Avemaría, que expulsa a muchos demonios, a muchísimos demonios”.

 

La vida del padre Enrique y de los que lo asisten –especialmente la hermana Carmela, una religiosa– no se limita a su oficio de exorcista. Ha peregrinado desde Madrid a pie –sin dinero y comiendo de lo que le daba la gente– a Santiago y a Covadonga; a Roma y Loreto (Italia); a Lourdes (Francia); a Jerusalén y a Czestochowa (Polonia). Siempre dedica en verano varias semanas a peregrinar. “Lo más bonito es la experiencia del abandono, el ofrecimiento al amor de Dios que hay en abandonarlo todo, en no tener ningún otro recurso fuera de Dios, en vivir a la intemperie.

 

“No espero nada de este mundo”, dice el sacerdote madrileño. “La esperanza teologal es la que se apoya sólo en Dios, en el modo de ser de Dios, en la bondad de Dios, en su amor, no en nada humano”.

 

De joven pensó ser quimico. “Pero luego Él me fue atrayendo hasta que comprendí que mi vida tenía que dársela a Dios”. El sacerdote no tiene reparos en abrir su corazón: “Recuerdo salir muchas noches para estar a solas con Dios y no poder dormir sin saber cuál era la causa de mi angustia y así pasar muchas horas y muchos años de estar a solas con Él y de haber conocido el dolor y la angustia”. “Aquí nació mi vocación a la oración, porque sólo encontraba la paz en Dios, a solas con Él en la capilla. Ahora soy sólo oración; no hago otra cosa que rezar por los demás”, concluye.+ (Armando Puente)

 

Fuente: Aica