Magnífica miniatura del escudo de la asociación, hecha a acuarela con un antigo tratamiento llamado "lavado" y realizada por el artista Manuel de Perea. El original mide 55 X 75 mm.

 

EL ESCUDO DE UNA VOCE SEVILLA

 

Nuestra asociación ha acudido al heraldista sevillano D. Ignacio Koblischek para que le diseñe un escudo heráldico organizado al modo tradicional y siguiendo los usos y normas de la heráldica. La vieja aspiración de esta asociación, de adoptar para sí la antigua costumbre, eclesiástica y civil, de representarse mediante escudos heráldicos, ha quedado así colmada gracias al magnífico trabajo del mencionado heraldista sevillano.

El nuevo escudo de Una Voce Sevilla, que ha quedado registrado en el REGISTRO DE ARMAS GENTILICIAS dirigido por el Sr. Koblischek, se describe como sigue:

Cortado: 1º, de azur. un altar de plata sumado de un crucifijo acolado de un sol radiante y de seis candelabros, cada uno con una vela, a cada lado, acompañado a la diestra de la inscripción "TRAD" y a la siniestra de la inscripción "ITIO", todo de oro; 2º, de gules, un cordero de plata, con una bandera con el paño de lo mismo y una cruz de gules con el asta rematado por una cruz de oro, sentado sobre un libro de plata hojado de oro y con siete sellos en pendiente de oro con el cordón de plata, acompañado a la diestra y siniestra de sendas jarras de oro con tres azucenas de plata talladas de sinople cada una. Lema: AB ORIENTE SALVATOR NOSTER REDIBIT.

En el primer cuartel, el altar, y más concretamente su centro, el crucifijo, está situado hacia el sol que asciende por el Oriente. Con esta figura Una Voce Sevilla ha querido representar el sentido de la orientación "cara a Dios" de la Santa Misa, así como la vieja tradición católica de la oración "ad orientem". El altar está flanqueado por la palabra "traditio" (tradición) partida en dos y mediante la cual, Una Voce Sevilla pretende transmitir la importancia central de la Tradición en la vida de la Iglesia.

En el cuartel inferior aparece en el centro la figura del Cordero sobre el libro de los siete sellos descrito en el Apocalipsis de San Juan. El Cordero -Cristo, víctima que se inmola por nosotros en el Santo Sacrificio de la Misa-, es asimismo símbolo de la Segunda Venida del Redentor, de manera triunfante. En este sentido escatológico, también relacionado con la orientación en la oración y toda la liturgia católica se relacionan íntimamente las dos partes del escudo. Por último, dos jarras de azucenas (que representan la pureza de María) flanquean al Cordero. Quisimos representar a María Santísima de este modo debido a la fortísima vinculación de Sevilla con la Inmaculada Concepción de la Virgen, de cuyo dogma fue nuestra ciudad primera y principal defensora en todo el Orbe católico, tiempo antes de que Roma lo proclamara como tal.

Por último cierra el escudo, dándole sentido al resto de lo representado, el lema " Ab Oriente Salvator Noster Redibit" (De Oriente regresará nuestro Salvador). La frase está extraída de la carta apostólica "Orientale Lumen", de Juan Pablo II. El Papa citaba así a San Mateo (24:27) quien afirmaba: "Porque así como el relámpago sale del Oriente y se muestra hasta el Occidente, así será la venida del Hijo del Hombre".

Agradecemos enormemente a D. Ignacio Koblischek su magnífico trabajo y animamos a cuantos estén interesados en organizar un escudo heráldico a ponerse en contacto con él, a través de su página www.riag.es